Juan R. Rodríguez Puppo
Aprovecho esta columna para extender ese deseo a mis lectores. Y también para recordar a Lawrence Peter. Un escritor canadiense autor del principio homónimo en 1969 que lo hizo famoso. Profesor universitario que sostuvo:
“Las personas en las organizaciones van ascendiendo en sus organizaciones hasta llegar a su máximo nivel de incompetencia”
Un ejemplo: recepcionista que luego deviene en vendedor y luego es ascendido a supervisor de ventas, al final lo designan gerente de una compañía. Su ascenso se baso siempre en el éxito en cargos anteriores pero un día llega a un cargo para el cual no tiene la menor competencia y fracasa.
Es casi una ley en el mundo empresarial perfectamente extrapolable a la esfera política.
Y este 1° de enero al alzar nuestras copas en familia o con amigos deseándonos un feliz año 2025 también estamos brindando y deseando que ese principio de Peter no se cumpla con muchas designaciones de cargos del nuevo gobierno.
Me preocupa varios nombramientos de personas que aparentan ser improvisados en altísimos cargos de gobierno. Hasta el ascenso de algunas figuras legislativas subiendo escalones o jerarquías parecen estar señalándonos una confirmación de ese Principio de Peter. Evitare referirme al tragicómico tweet del “estoy más buena y exitosa ahora” para no rebajar esta columna a una crónica tipo “Radiolandia” (ya sé, soy viejo). Trato de comparar los niveles intelectuales, éticos y de valoración de Recursos Humanos entre el gobierno saliente y el entrante. Y veo y compruebo mucho ascenso social y técnico de personajes de “cuarto nivel” a puestos muy encumbrados. Eso preocupa. Y si Peter viviera y leyera esta columna también estaría preocupado por el Uruguay que en estas horas hemos brindado por él.
Un Orsi que también puede estar ascendiendo a un puesto de su máxima incompetencia (espero que no). Al menos ha tenido cargos ejecutivos y de coordinación de esfuerzos al mando de un equipo.
Lazo, Menoni o el mismo Negro: ¿Qué experiencia tienen liderando equipos o al mando de fuerzas? Y podría citar otros ejemplos pero me centro en los más obvios. Días atrás el propio presidente electo Orsi declaró suelto de cuerpo y con mucha honestidad intelectual: “tuve hoy la oportunidad de reunir al gabinete y había gente que no conocía o la conocía apenas de vista”.
Si ud escuchó estas palabras estoy seguro se le heló la sangre pensando en el destino de nuestro país. Y por si fuera poco no han quedado en saco roto algunas reflexiones que en estas horas ha estado realizando el actual ministro del Interior dr.Martinelli. Ha estado criticando no solo las posibles designaciones de jerarcas que se suponen están aún indagados en causas graves (escape Morabito) sino además cuestionando la ausencia de figuras del FA para llenar una enorme responsabilidad al mando del futuro ministerio del Interior.
No pudieron recurrir a sus referentes porque son personajes “quemados” por el anterior fracaso de gestión. Y terminan nombrando un fiscal como el dr.Negro. Eso desnuda además una sospecha de connivencia entre cierta falange dominante en la Fiscalía y el Partido de Izquierda en el Uruguay. No lo cuestiono yo ni Martinelli esto. El propio politólogo Chasquetti ha criticado este nombramiento que desnuda -según su propia insinuación-una “sociedad” que debió mantenerse en reserva.
También aquí puede confirmarse el principio de Peter. Y no porque el dr. Negro no tenga autoridad intelectual. No es lo mismo acusar como fiscal qué liderar un Ministerio complejo y driblear las críticas si los “números” no se ajustan a las expectativas creadas.
Peter puede poner en aprietos hasta al más pintado. Un Oddone tal vez. En la mesa de un boliche o en una presentación de consultora cualquiera combate la pobreza sacándole a los ricos. El dilema es llevarlo adelante con éxito a la hora de asumir responsabilidades. La Real Politik y las tozudas leyes de la economía pueden también (como Peter) indicarte que subiste hasta tu máximo nivel de incompetencia.
Ojalá Peter se equivoque!!