
Escribe Giuliano Giupponi.
El año nuevo no fue un momento tranquilo en las líneas de frente. Desde algunos medios europeos soñaban con que se reeditara el episodio de la Navidad de 1914 en el Frente Occidental entre alemanes, franceses y británicos, pero no.
Las líneas siguen siendo machacadas por la artillería de ambos bandos en pugna. Claramente de manera desigual, porque aunque se informa que la densidad y volumen del bombardeo ruso ha mermado, mientras el ucraniano se mantiene, la diferencia sigue siendo abrumadora a favor de las bocas de fuego ruso, en una proporción de al menos 5 a 1.
Línea Svatove – Kreminna.
Las fuerzas ucranianas han logrado rodear en 3 de los 4 lados la ciudad de Kreminna, que es el objetivo principal. Se estima que de caer ésta ciudad, tanto Rubizhne como Lysichansk y Severodonestk deberán ser abandonadas, ya que la geografía le impedirá a los rusos sostener las posiciones sin quedar a merced de la artillería de precisión ucraniana. El principal obstáculo para el asalto son los bosques al norte que ofrecen una posición defensiva inmejorable, especialmente para el uso de armas antitanque. Ucrania lo sabe bien, porque desde allí pudo cubrir la retirada de sus tropas que eran perseguidas por unidades blindadas que fueron paradas en seco. Sin esa posición no parece viable sostener el avance sobre la ciudad y el frente queda estancado.
Frente Bakhmut.
Es en Bakhmut y ésta línea de contacto en dónde se está produciendo una furiosa ofensiva rusa sobre posiciones ucranianas preparadas en densidad y profundidad para enfrentar éste tipo de combate. La ofensiva de invierno, que se esperaba desde medios occidentales y que se alentaba desde la propaganda rusa, era un émulo de la legendaria Operación Urano de 1942, en dónde el no menos legendario General Zhúkov con el empleo masivo de infantería, artillería y la concentración de blindados rompió las líneas de defensa del Eje y produjo la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial que terminaría en Berlín 2 años y medio después.
En Bakhmut la situación es otra, mientras la artillería golpea y muy duro, se lanzan oleadas de infantería, sin apoyo de blindados contra las densas líneas ucranianas, el resultado es una carnicería, con reportes de bajas que parecen imposibles. Esto produce otro efecto, que es la concentración de tropas y el uso de la inteligencia y los partisanos, que tienen ya un lugar destacado en las operaciones.
Fue esa concentración de tropas lo que produjo el bombardeo de HIMARS en Makiivka que produjo 63 muertos reconocidos por Rusia, más de 500 reclamados por Ucrania, pero que dejó aniquilado un batallón de asalto completo proveniente de Saratov. Las bajas totales no las sabremos exactas, pero el propagandista ruso y ex oficial del FSB Igor Girkin afirma que fueron más de 200 los muertos de un batallón formado especialmente para tomar posiciones duras. Hay 2 aspectos a considerar, Rusia expuso a su unidad completa en un edificio inadecuado en dónde había concentrado cientos de soldados, en dónde mantenía el principal arsenal de la ciudad y con una concentración de blindados y vehículos que los dejaba expuestos a la observación ucraniana para un posterior bombardeo . El segundo aspecto es que el blanco fue identificado por el aumento de la actividad celular y radial, fue confirmado visualmente por drones con cámaras FLIR (que no fueron detectados por las defensas antiaéreas) y bombardeado con precisión absoluta con munición que perforó los pisos de hormigón hasta llegar al subsuelo y detonar el polvorín. El desastre fue total.
La ofensiva rusa se ha concentrado en Donestk y ha tenido avances y retrocesos, en Soledar consolidaron algunas posiciones, pero siguen los combates. Se han tomado algunas localidades y perdido otras en un estado de estancamiento general del frente que las unidades de refresco reclutadas y preparadas para el asalto no logran romper.
Bombardeo a Rusia.
Nuevamente las bases de Engels 2 y Voronezh fueron atacadas, queda claro que el pedido de EEUU de no emplear medios militares dentro de Rusia ha quedado sin efecto y que hoy cualquier base o ciudad dentro de un rango de hasta a 1000 kms de Kyiv está dentro de los objetivos. Aunque las consecuencias son muy limitadas materialmente, desnudan otra vez la vulnerabilidad de las defensas aéreas rusas ante ataques externos, de lo cual OTAN toma nota claramente. Sean los obsoletos TU-141/143 modificados, o un enjambre de 8 a 12 Bayractar TB2, Ucrania demuestra que excede los límites tecnológicos del armamento que les ha sido provisto. En el caso de los Bayractar se han superado todos los límites de alcance esperados al operarlos a más de 600 kms dentro de Rusia, logrando no solo la sorpresa, sino que casi todos vuelen de regreso a la base. Toda una proeza teniendo en cuenta que el vuelo de regreso suele ser la parte más peligrosa de un ataque aéreo.
Mientras Rusia continúa con su campaña de propaganda anunciando el despliegue de sus más modernos T-90M y prepara, al menos para la TV, sus T-14 Armata (la joya robotizada del arsenal ruso), las bajas continúan y no se logra avizorar cómo se pueden romper las líneas de contacto como en Abril o Setiembre en un movimiento que pueda definir la guerra en algún sentido, es en éste panorama que Rusia llama a la negociación con un ultimátum y que Kyiv se ríe de ello mientras los signos de agotamiento parecen empezar a notarse no solo en las partes en conflicto, sino también en sus aliados, salvo en EEUU que destinará en 2023 45.000 millones de dólares para asistir a Ucrania, el 50% del presupuesto militar ruso.