El sismo, cuyo epicentro ha sido cerca del norte de Siria, ha dejado fallecidos en ambos lados de la frontera, y se ha podido sentir también en el Líbano.
Al menos 1.300 personas han muerto en Turquía y Siria por un terremoto de 7,8 de magnitud durante la madrugada de este lunes y cuyo epicentro ha sido cerca de la ciudad de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía y a pocos kilómetros de la frontera con Siria. A las 11.24 horas, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha informado de un nuevo seísmo de 7,5 grados en la misma zona.
El terremoto, el de más magnitud que se recuerde en el país anatolio desde 1999 —ese, cercano a Estambul, fue de 7,6 y dejó más de 17.000 muertos— ha provocado la destrucción de miles de edificios de viviendas en varias ciudades de la región, como Adana, Antakya, Kilis, Gaziantep, Malatya y Diyarbakir, además de Kahramanmaras.
«Nuestros equipos de búsqueda y rescate han sido mandados inmediatamente hacia las regiones afectadas por el terremoto. Nuestro Ministerio del Interior, servicios de emergencias y gobernadores están trabajando rápidamente», ha dicho en sus redes sociales esta madrugada el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Las escuelas de las 10 ciudades y provincias de Turquía afectadas por el terremoto permanecerán cerradas durante una semana, según el vicepresidente del país, Fuat Oktay. Las ciudades y provincias son Kahramanmaraş, Hatay, Gaziantep, Osmaniye, Adıyaman, Malatya, Şanlıurfa, Adana, Diyarbakır y Kilis.