
Escribe Giuliano Giupponi.
Hace un año atrás veíamos con estupor como el mayor de nuestros temores se volvía realidad. La humanidad ingresaba en un período de guerra luego que en un émulo de la operación en la que Hitler invadió Polonia en 1939, las tropas rusas invadían Ucrania alrededor de la hora cero de Kyiv el 24 de Febrero de 2022.
En un mensaje en cadena nacional Putin le decía al mundo que iba a liberar a Ucrania de los ucranianos y exterminar su proceso de occidentalización que iniciaron en 1991.
- Contexto previo

Los meses de tensiones previas llevaron a Ucrania a buscar y encontrar auxilio en EEUU y Reino Unido y diseñar un plan de defensa meses antes de la invasión. La primera invasión, iniciada en 2014, llevaba años de estancamiento y Rusia debía reactivarla o abandonarla. En éste marco Ucrania se debatía entre su desaparición y sumisión a Rusia o resistir como pudiesen al 2º mayor ejercito mundial.
Entre 150.000 y 180.000 tropas regulares, alrededor de 35.000 mercenarios PMC Wagner, y otros 50.000 a 70.000 milicianos rusos de Donestk y Luhansk con unos 3000 carros de combate, unos 12.000 blindados, decenas de miles de camiones y otros vehículos, con una superioridad aérea de 21 cazabombarderos rusos por cada uno ucraniano, 16 helicópteros rusos por cada uno ucraniano, 7 piezas de artillería rusa por cada ucraniana y así en todos los ítems. La superioridad numérica rusa era abrumadora y salvo por un detalle, la promesa de Putin a Xi Xinping de no opacar la economía con una guerra larga se podría haber hecho realidad.
Hoy sabemos por los interlocutores que Putin le prometió dos cosas al presidente chino Xi, la primera fue no invadir durante los JJOO de invierno, la segunda es que la invasión estaría terminada entre 3 y 10 días después del día D. El día D, el 24 de Febrero del 2022 a la hora 06:00 AM huso horario Moscú.
- El detalle

El detalle en los planes rusos es el Presidente de Ucrania Volodimir Zelenski.
El presidente ucraniano sintetizó y sintetiza hoy el deseo del Pueblo de vivir en Libertad. Su liderazgo ha llevado a Ucrania a luchar por su supervivencia con una ferocidad y determinación que ha superado el impulso de conquista imperial.
Y el apoyo militar de la coalición OTAN ha sido el fundamento material que nos ha traído hasta aquí un año después.
- Invasión


Hubo 4 ejes de avance, Norte, Noreste, Sureste, Sur. Hubo 4 ciudades objetivo, Kharkiv, Odesa, Dnipropetrovsk y la joya, Kyiv, la Capital. Hubo 4 fracasos claros que demoraron semanas en suceder.
En el Sur, Mikolayv fue el muro en el que Rusia conoció su primer derrota.
En el Noreste, Kharkiv, Sumy, Chernigov fueron asediadas, pero nunca arrebatadas.
En el Sureste Mariupol fue la ciudad que salvó al ejército defensor en una lucha heroica que duró 94 días que detuvo el avance ruso rumbo al centro del país.
Y en el Norte vimos caer Hostomel, Irpin, Bucha, vimos una columna de miles de blindados ocupando 90 kilómetros de longitud, mas de 5000 carros de combate, blindados, artillería, rumbo a Kyiv.
Presenciamos también el plan, la defensa dinámica, las emboscadas, la lucha de David y Goliath, la determinación, el valor y el sacrificio de la propia vida para salvar al otro.
Palabras como Javelin, NLAW, Sukhoi, MIG, T-72, Manpad, misiles, artillería, helicóptero de ataque, derribo, se hicieron habituales entre todos.
Y pasaron los días, 3 días, 10 días, 28 días, 3 meses, cayó Mariupol, Severodonestk, Lysichansk, se expulsó a Rusia del norte de Ucrania con pérdidas catastróficas y un día el avance se detuvo. En seco se detuvo, el impulso se diluyó. Llegaban las fotos y videos de las matanzas en Bucha, Irpin, de los combates, de miles y miles de vehículos de guerra destruidos, capturados, averiados. Fracasos y muertes por miles, cada paso ruso encontraba a un ucraniano para hacerlo retroceder. Y llegó la contraofensiva y se liberó Kharkiv, Lyman, Izium, Balakliya, Khakovka, Khersón, cada ciudad y poblado liberado tiene un relato de violencia, torturas y muerte, cada uno.
Así llegamos al invierno y a la ofensiva rusa que se despedaza día a día en las líneas ucranianas. Según fuentes de Otan, cada 100 metros de ganancia en tierra se pagan con 2.000 bajas rusas. Soledar, Kreminna, Bakhmut, Vuhledar son los nombres de las rocas contra las que se desangra el oso ruso en su afán desesperado de mostrar a cualquier precio una victoria, aún pírrica.
- Ucrania

Ucrania y sus aliados han llevado el peso de la guerra, ciudades destruidas, 8 millones de refugiados, su economía en escombros, pero su espíritu intacto por lograr la victoria. El 90% de los ucranianos creen en la victoria, esa victoria es expulsar al invasor y reunificar el país.
Con éste objetivo la OTAN ha formado y entrenado, y lo sigue haciendo, a decenas de miles de ucranianos, ha reemplazado materiales y tácticas, hasta en la mentalidad, al espacio post soviético en Ucrania. También se han sumado otros aliados extra OTAN al esfuerzo de Guerra, Japón, Australia, Israel, Corea del Sur, Pakistán, entre los más relevantes.
Políticamente el gobierno ha enfrentado algunos casos de corrupción que han sido resueltos de manera implacable y eso ha favorecido la imagen del presidente y del gobierno reforzando el compromiso con OTAN y la Unión Europea. Zelensky además ha construido una imagen de seriedad, compromiso, y determinación que ha torcido el brazo de quienes dudaban de él, reafirmado su liderazgo frente a sus aliados incondicionales y lo ha convertido en el enemigo número uno del Kremlin.
- Rusia

La Rusia de Putin tuvo la esperanza de ser un actor europeo civilizado, un país moderado y pacífico, incluso con Putin, pero eso duró poco. Chechenia, Abjasia, Osetia del Sur, Transnitria y ahora Ucrania fueron las presas para mitigar su expansionismo y anhelar una gloria soviética que ya no existe.
De la pluma de Aleksandr Duguin tomó el paneslavismo como dogma y como si fuera una broma decidió desconocer que no todo lo que existe al Este del río Oder hasta Vladivostok es Rusia. Así sus ex aliados del Pacto de Varsovia se fueron acercando a la OTAN ante la creciente agresividad de Putin.
Ucrania en 2014 y la primera invasión, que en gran parte fracasó. Las grandes ciudades no se plegaron a la rebelión y los mercenarios solo tomaron parte del Donbás, Luhansk y Donestk pero no fue suficiente.
Para el 2022 la ambición era unir Moldavia, Ucrania y Rusia en un solo país federado y amenazar el centro de Europa. La excusa da igual, que desnazificar a los nazis que fueron entrenados en San Petersburgo, que Zelenski es un judío nazi, que las drogas se dan en las escuelas por parte del gobierno, que se obliga a rezar a un Dios gay y un montón de sandeces que fueron dichas por el premier ruso.
La operación fracasó a un año de iniciada, pero tuvo algunos resultados positivos o negativos, según el punto de vista.
Rusia es hoy un país políticamente paria, así lo refleja cada votación a su iniciativa o que lo condena, un puñado de 6 a 8 países de nula reputación de libertad apoya a Rusia, Nicaragua, Eritrea, Bielorrusia, Venezuela, Cuba, Rep. Dem. Del Congo, Siria o Irán son sus aliados.
El poder militar ruso y su habilidad para someter a un pequeño ejército se esfumó. Al final no había tecnología militar de punta, ni aviones “invisibles”, ni misiles inteligentes, ni súper tanques indestructibles, todo era ficticio. Vimos tanques soviéticos arder por miles, más de 500 fueron abandonados. La logística rusa, su estrategia y sus tácticas obsoletas, de la Segunda Guerra Mundial. Letales y destructivas, sí, pero obsoletas. La guerra mutó al espacio tecnológico, drones, misiles, internet, corrección de disparos online a través de drones de 60 dólares, pilotos de drones bombarderos con lentes de realidad virtual atacando trincheras, columnas y hasta aeropuertos en Rusia, entre otras nuevas acciones de combate, no existían en 1944. Frente a eso el ataque a la infraestructura eléctrica, sanitaria, educativa y de agua potable. Salvajismo puro.
Rusia ha demostrado que su industria está en un punto crítico y que necesita ayuda externa para seguir la guerra, sean los drones iraníes o las espoletas norcoreanas, su industria no parece poder expandirse al ritmo necesario y que la OTAN y aliados sí lo están haciendo. Es un punto de inflexión, militar y político.
Tampoco hay voluntad de una guerra larga de parte de China que ha visto como su ruta de la seda pierde dinero en su financiación gracias a Putin y eso complica sus propios planes imperialistas. Hoy el fiel de la balanza no está en Moscú, está en Beijing y Putin lo sabe, debe liquidar el conflicto en Ucrania y debe salvar su cuello al mismo tiempo. Y todo antes de que Ucrania lance una nueva ofensiva que está preparando en Polonia, Alemania, Reino Unido y EEUU.
Veremos como sucede, pero a un año de la invasión a gran escala el mundo está en guerra, dos polos de poder se vislumbran en el horizonte y la otrora todopoderosa Rusia se relegó a sí misma a potencia auxiliar del verdadero jugador global que es China. Esperemos que el sufrimiento ucraniano se termine, que Rusia retire sus tropas para iniciar un proceso de paz que no esté condicionado por la amenaza nuclear a la que Putin quiere que el mundo sucumba.