Por Jorge Martinez Jorge
Ha muerto Cormac McCarthy, pero vivirá eternamente, en la mente, el corazón y el recuerdo de sus millones de lectores.
A los 89 años, ha muerto hoy en su casa de Santa Fe, Estado de Nuevo México, según lo consigna el Diario ABC de España.
Nacido en Rhode Island en 1933, el autor de “La carretera” -novela distópica de 2006 que fuera llevada al cine en una película protagonizada por Viggo Mortensen- por la cual obtuvo un Premio Pulitzer, se había dado a conocer en 1965 por “El guardián en el vergel”.
En la década de los 80 publica su novela “Todos los hermosos caballos” que no sólo le significó un gran éxito de ventas, sino la obtención de un National Book Award, y la adaptación al cine, que tuvo tanto éxito como la novela.
Tras esta obra publicó luego “En la frontera” y “Ciudades de la llanura”, que junto con “Todos los hermosos caballos” conforma la llamada “Trilogía de la frontera” con la que se convirtió en autor de culto y repetido candidato al Nobel de Literatura.
Hombre que se autodefinía como “gregario solitario” concedió contadas entrevistas, y en televisión solamente fue entrevistado por Oprah Winfrey en 2007, prefería el contacto con científicos antes que con escritores o periodistas.
El reseñista, que ha leído la totalidad de la obra de McCarthy traducida al español, puede afirmar con total certeza que se trata de uno de los diez mejores novelistas estadounidenses del Siglo XX. Tan, pero tan bueno que, por ejemplo, en su obra The Road soportó la traducción de Luis Murillo Fort, nombre para tener en cuenta por su gran capacidad para arruinar un libro.
Enterados de su muerte biológica, basta decir entonces que, para sus lectores de siempre no ha muerto, sino que vive a partir de hoy en su impresionante legado literario.
Los escritores no mueren, simplemente mudan de estado. En paz descanse.
Fe de erratas: No he leído toda la obra del autor. Tengo reservada su novela de 1969 “Hijo de dios” para leer precisamente ahora, como manera de extender la vida más allá de la muerte.
