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Contraviento

Elecciones fantasma en Cuba

9 mayo, 2024

Por Leandro Querido *

Cuba se mueve. Hay movimientos en el Partido Comunista, el único legal de la isla. La autoridad electoral concluyó el sábado 4 de mayo con una serie de elecciones extraordinarias. Se reemplazaron cuatro gobernadores: en MatanzasCienfuegosVilla Clara y Santiago de Cuba, donde hace poco la secretaria general del partido comunista se hizo meme cuando desde una terraza quiso impedir una protesta popular. Previo a estas elecciones, el 27 de noviembre de 2022, hubo otras para elegir —mejor dicho, designar— delegados a las asambleas municipales.

Hay particularidades en el proceso de reemplazo de gobernadores. El presidente Miguel Diaz Canel designó un binomio de reemplazo y los delegados a las asambleas municipales votaron. Si hay un solo binomio propuesto, ¿qué eligieron? A lo sumo pudieron haber evitado votar el binomio y votar solo a uno de los dos, votar en blanco o anular su voto.

Pero esto tendría sentido si uno tuviera certeza y garantías de que su voto se contabilizó correctamente. Sin embargo, como en este caso la autoridad responde al único partido legal, no hay ningún control ajeno. No hay forma de verificar la información oficial que sostuvo: votaron 3.353 delegados, el 98,39% del total, hubo 34 votos en blanco (1,01%) y una boleta anulada (0,03%). Como conclusión, los cuatro binomios propuestos por el presidente fueron ratificados por unanimidad. Lo que distingue a un régimen totalitario es que no busca una mayoría, sino la unanimidad. Estos procesos opacos y represivos no hacen más que confirmar la naturaleza del régimen.

Foto: Leandro Querido.

¿Elecciones?

La ciencia política ha tratado de explicar por qué hacen elecciones los regímenes totalitarios. Son tres razones puntualmente. En primer lugar, para hacer purgas internas. Dado que no hay competencia electoral, deben buscar un pretexto para que la dirección centralizada pueda mostrar algún castigo al que no se ha portado bien. Las “renuncias” masivas en las Asambleas Municipales y en las gobernaciones le da sentido a este punto. En segundo lugar, todo sistema totalitario de movilización aprovecha estas instancias electorales para poner la máquina de disciplinamiento social en funcionamiento. Las protestas son un indicador de que el sistema represivo no funciona correctamente. Por último, las elecciones muestran al mundo que el régimen tiene el control o, en este caso, que retuvo el control después de las protestas generalizadas.

Sostener que en Cuba hay una democracia a la cubana porque hacen elecciones es de una ingenuidad inconmensurable. Las elecciones cubanas no presentan ni una sola de las garantías que ofrecen las elecciones competitivas propias de las democracias.

Oportunidades perdidas

Con estas elecciones fake se escapa otra oportunidad de apertura para un gobierno que no tiene más nada que ofrecerle a una población con hambre, empobrecida y sin oportunidades. ¿Hasta dónde quiere llegar el gobierno? ¿Hasta cuándo seguirá con la mentira organizada como política pública? ¿Por qué no puede asumir el desafío de dar lugar a algún tipo de apertura política, aunque sea esta mínima?

El costo represivo aumenta notoriamente. La inflación represiva puede traer más complicaciones que la propia inflación en dólares que se advierte. El régimen no es la única oportunidad de apertura que perdió recientemente.

El Observatorio Legislativo de Cuba presentó un informe en marzo de este año en el que describe cómo el régimen se opuso a muchas recomendaciones que se le hicieron en el marco del Examen Periódico Universal, que realiza la Comisión de Derechos de la ONU.

Concluyen que “falta de transparencia” en los procesos electorales y que la “falta de acceso a datos (…) limita significativamente” la capacidad de los ciudadanos cubanos para acceder a información sobre el manejo de los procesos electorales y, en última instancia, participar en el proceso político” del país.

Mirada internacional

Ahora bien, ¿qué debe hacer la comunidad democrática ante esto? En principio, no puede ni debe convalidar este tipo de estrategias que pretenden maquillar una realidad insostenible. En Cuba no hay elecciones libres, ni limpias, ni transparentes. Sin libertad de expresión, de asociación, de información y con un régimen de partido único es imposible considerarlas democráticas. Por lo tanto, la conflictividad continuará en Cuba porque estas elecciones no producen legitimidad. Por el contrario, exponen la imposición de un régimen que lleva más de 60 años en el poder. Debe exigirse al régimen que termine con estas farsas y que convoque a elecciones libres, en donde el pueblo pueda efectivamente expresarse.

En definitiva, la comunidad internacional democrática no debe caer en la trampa y la manipulación que se pretende instalar desde esa “galaxia rosa”, que detalla Sebastián Grundberger en su libro. Debe continuar exigiendo elecciones auténticas, con garantías, como única y necesaria salida para la transición democrática que exige al grito de “Patria y Vida” el pueblo cubano.

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*Politólogo por la Universidad de Buenos Aire Magíster en Derecho Electoral por la Universidad de Castilla – La Mancha, España. Director ejecutivo de Transparencia Electoral para América Latina y DemoAmlat.

Artículo publicado en el Portal Diálogo Político. Reproducido con autorización del autor.