
Roque García
Montevideo, con una población mucho menor, tiene la misma cantidad de empleados en su departamento de cultura que la capital española.
Los que hablamos la lengua de Castilla, al llegar a Madrid, sentimos tanto el asombro del turista como la sensación de retorno del viajero. Esta hermosa ciudad nos interpela desde la Puerta de Alcalá hasta el Paseo del Prado. Convertida hoy en un hub aeronáutico, Madrid es, en la práctica, la puerta de entrada para la mayoría de los viajeros que llegan a Europa desde nuestro país. Y qué ciudad! Madrid tiene tantas cosas para ofrecer que cualquier visitante se sentiría tentado a quedarse unos días más. Madrid es, sin duda, cultura. Es tapas, teatros, galerías, paseos, y una movida cultural enorme y cosmopolita.
Pero, Madrid nos envidia. Porque Montevideo, con una población mucho menor, tiene la misma cantidad de empleados en su departamento de cultura que la capital española. Podrán pensar los madrileños: «¡Qué oferta cultural increíble deben tener los montevideanos!»
Bueno, lamentablemente, no es así. Veamos primero los números: Madrid, con 3.3 millones de habitantes, casi triplica la población de Montevideo, que apenas llega a 1.4 millones y tiene 1100 empleados. Sin embargo, nuestro Departamento de Cultura se las arregla para tener casi la misma cantidad de empleados que la capital española. Montevideo cuenta con 1.099 empleados en cultura. Si hacemos las cuentas, tenemos un empleado por cada 1.272 habitantes, mientras que Madrid tiene uno por cada 2.983. ¿Cómo justificamos esto cuando el nivel de oferta cultural es incomparable?
Porque la verdad es que, cuando hablamos de cultura, Montevideo ofrece poco. ¿Cultura es cuidar los monumentos? Pues bien, están vandalizados. ¿Cultura es respetar los espacios públicos? Montevideo está grafiteada hasta el hartazgo. ¿Cultura es el respeto al otro? El Carnaval se ha convertido en una máquina de desprecio a cualquiera que no sea parte de la izquierda más radical, y esto incluye a casi cualquiera que no pertenezca al MPP o al PCU.
Me perdonará el lector si sospecho que gran parte de ese personal, en lugar de dedicarse a la cultura, está en realidad enfocado en difundir ideología de izquierda bajo la fachada de actividades culturales. Lo que debería ser una herramienta para la educación y el desarrollo de nuestra sociedad se ha convertido en un canal para promover agendas ideológicas. Y en ese número inflado, por supuesto, está TV Ciudad. Pero sobre TV Ciudad, otro ejemplo de cómo se utilizan recursos públicos para sostener una maquinaria ideológica, volveremos en otro artículo. Hay mucho que decir sobre cómo ese canal debería estar al servicio de todos los ciudadanos y no de una narrativa política.
El poder de la cultura es inmenso. Desde la Intendencia, deberían resaltarse los valores comunes, los valores identitarios de la ciudad y la historia de sus barrios. Nada de esto ocurre.
La cultura es sin duda una herramienta para moldear el futuro y el presente de desidia y abandono urbano es producto de despreciar la cultura y usarla solamente con fines electorales. No importa si Montevideo esta sucia, importa que los semáforos estén pintados de verde.
Recuperar Montevideo se puede. Y también lo haremos desde la cultura.