Introducción
El domingo 1 de diciembre les decía que había decidido que, como no me convencían los movimientos liberales disponibles, iba a crear el mismo propio y que, posiblemente, iba a ser el único integrante del Grupo de Acción y Pensamiento Socioliberal (GRAPES). Para mi gran sorpresa, otras 9 persona manifestaron diverso grado de interés en el tema y ya puedo decir con orgullo que en una semana crecimos un 900% .
Más allá del chascarrillo, lo que obviamente sucede cuando un grupo empieza a crecer es que las ideas individuales empiezan a discutirse y, eventualmente a modificarse. Permítanme citar, del artículo anterior, lo siguiente:
«…el siguiente es el decálogo de valores centrales del pensamiento socioliberal, lo que prefiero llamar «Los 10 Mandamientos»:
- La libertad y la responsabilidad individual son los fundamentos de la sociedad.
- El Estado es únicamente un instrumento de los ciudadanos a quienes sirve.
- Las acciones del Estado deben estar sometidas a rendición de cuentas democrática.
- La libertad constitucional se basa sobre el principio de separación de poderes.
- La justicia en una sociedad liberal requiere que en toda persecución criminal el acusado tenga el derecho a un juicio público rápido, y a un veredicto justo y libre de influencia política.
- Tanto el control estatal de la economía como los monopolios privados son amenazas a la libertad política.
- Los derechos que el ciudadano disfruta van de la mano de responsabilidades.
- Cada ciudadano tiene responsabilidad no sólo por sí mismo, sino por el resto de sus congéneres en la sociedad.
- Un mundo en paz sólo se conseguirá por el respeto de estos principios y la cooperación entre sociedades democráticas.
- Los valores centrales pueden resumirse en libertad, responsabilidad, tolerancia, justicia social e igualdad de oportunidades«
Un poco de historia (saltéelo si no le interesa)
Hoy quiero profundizar un poco más el por qué de esos, y no otros, postulados. Y si vale la pena conservarlos así o deberíamos cambiarlos, extenderlos o modificarlos. Por supuesto, tengamos en cuenta primero que estos postulados no son caídos del cielo, sino el producto de un desarrollo histórico que culminó en la elaboración del Manifiesto de Oxford de 1947 (cuya versión en inglés se puede ver acá) con representantes liberales de 19 países como una respuesta al devastador efecto de las dos guerras mundiales que habían ocurrido hasta ese momento. Los orígenes, sin embargo, pueden rastrearse a una publicación de 1823 en Francia, llamada «Plan des Libéraux pour recommencer la révolution» que contenía un plan para intensificar las relaciones entre los liberales (más o menos) de Francia, Italia, Inglaterra y España.
Saltándonos un pequeño período de 100 años, en 1924 tenemos la fundación de la «Entente Internationale des Partis Radicaux et de Partis Démocratiques similaires» que dio origen al radicalismo internacional y funcionó por unos 14 años (ver International Entente of Radical and Similar Democratic Parties). Se disolvió en 1938, pero algunos de sus miembros fueron los que fundaron la Internacional Liberal en 1947. En particular, los 19 países cuyos representantes firmaron el mencionado manifiesto de Oxford (Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Chipre, Checoslovakia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Noruega, Reino Unido, Sud África, Suecia, Suiza, y Turquía) lo hicieron en un congreso celebrado en Waldham College, Oxford, UK, entre el 10 y el 14 de abril de 1947 (justo 10 años antes de que yo naciera, lo que a mí personalmente me complace).
El principal promotor de esta declaración, que se encuentra en prácticamente todos los artículos sobre el manifiesto, fue Don Salvador de Madariaga y Rojo, el Don Quijote de la Manchuria, un liberal clásico que fue Ministro de Educación y Ministro de Justicia de España hasta 1936. Otros firmantes fueron el filósofo italiano Benedetto Croce, el sudafricano (y racista) Jan Christian Smuts, el primer presidente alemán Theodor Heuss, el humanista anglo-australiano Gilbert Murray, el fundador de la República Italiana Luigi Einaudi (presidente de Italia entre 1948 y 1955), el diplomático suizo (miembro de la Comisión Permanente de Mandatos de la Liga de las Naciones, que mucho tuvo que ver con el mandato británico de Palestina) William Emmanuel Rappard, y el economista alemán Wilhelm Röpke, uno de los padres espirituales de la economía social del mercado. Lamentablemente no poseo la lista completa de firmantes, pero esa breve lista da una idea de que toquetear los postulados implica también contrastar las ideas propias contra las de mentes realmente preclaras y que marcaron la historia del siglo pasado (y, por extensión, la de este mismo).
Es importante pensar cómo se inicia el manifiesto liberal de 1947:
We, Liberals of nineteen countries assembled at Oxford at a time of disorder, poverty, famine and fear caused by two World Wars;
Convinced that this condition of the world is largely due to the abandonment of liberal principles;
Affirm our faith in this Declaration:
que libremente podemos traducir por «Nosotros, liberales de diecinueve países reunidos en Oxford en un tiempo de desorden, pobreza, hambruna y miedo causado por dos guerras mundiales; convencidos de que esta condición del mundo es causada mayormente por el abandono de principios liberales; afirmamos nuestra creencia en esta Declaración«. Veamos pues, a dónde nos lleva su análisis. Como un pensamiento lateral, a quienes esto le interese pueden comparar el Manifiesto Liberal con el Manifiesto Comunista, de más amplia fama.
Los dos primeros mandamientos
Los dos primeros mandamientos de mi formulación son fundamentales para entender el movimiento socioliberal, en mi concepción particular, desde luego. Haciendo un aparte, yo prefiero llamarlo ideología, en lugar de movimiento, en su acepción dada por el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, «Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.«. Si le agregaría algo es que fuera un conjunto armónico y organizado. Si bien parece obvio, si tenemos un conjunto de ideas fundamentales, pero ellas son de alguna manera contrarias, el conjunto no constituirá una ideología sino, a lo sumo, una plantilla sobre la que pueden evolucionar ideologías diferentes, según se haga más énfasis en una u otra de las ideas contrarias. Lo mismo, o parecido, sucede con lo de organizado. Un grupo de postulados pueden apuntar a construir un sistema o simplemente subrayar o priorizar ciertas cuestiones, pero dejando agujeros notorios en otros. Es preciso, en mi opinión, que cada uno de los postulados construya sistema sobre los anteriores, de manera que los primeros serán los más importantes y los demás serán edificios construidos sobre esos cimientos.
La formulación original de los tres primeros postulados (en traducción libre) es la siguiente:
- El humano es primero y sobre todo un ser dotado con el poder de pensamiento independiente y acción, y con la habilidad de distinguir lo que está bien de lo que está mal.
- El respeto por la persona humana y por la familia es la verdadera base de la sociedad.
- El Estado es sólo el instrumento de la comunidad; no debe asumir ningún poder que entre en conflicto con los derechos fundamentales de los ciudadanos y con las condiciones esenciales para una vida responsable y creativa, a saber: (y sigue una lista de libertades y derechos, que no voy a copiar ahora).
Comparen esta formulación con la más concisa (y diferente) que prefiero:
- La libertad y la responsabilidad individual son los fundamentos de la sociedad.
- El Estado es únicamente un instrumento de los ciudadanos a quienes sirve.
En esta formulación, el concepto de libertad individual reemplaza al concepto original de pensamiento independiente y acción y el de responsabilidad reemplaza a la habilidad de distinguir el bien del mal. Mi preferencia por el concepto de libertad es, me parece, más extenso. Incluye tanto el pensar independiente, la acción independiente y la no acción, la libertad de negarse a obedecer al estar en desacuerdo con lo mandatado. La libertad ha sido, y es, un concepto central de la filosofía. No es necesario citar lo que opinaron los griegos, Nietszche, Heidegger, Kierkegaard, o Marx para encontrar en todos ellos conceptos compartidos (y, por supuesto, muchas diferencias). Libertad para ser, pero con una cierta responsabilidad, libertad para oponerse y crear y recrear la propia persona, libertad con racionalidad, para perseguir y encontrar el sentido de racionalidad y justicia, libertad para no ser coaccionado y responsabilidad para que mediante el ejercicio de esa libertad yo no esté coaccionando a mis congéneres. Y el reemplazar responsabilidad por la habilidad de distinguir entre el bien y el mal, responde más a mi preferencia de que no existen el bien y el mal absolutos, sino que todo tiene matices e, incluso, dependen de la sociedad en la que uno elige vivir (si puede). Matar está mal, decimos la mayoría de las personas civilizadas, pero no siempre (el aborto, la pena de muerte, la defensa de la propia vida, la guerra, son todas excepciones). En casos extremos, lo que está bien en una sociedad (lapidar a una adúltera) es visto con horror y como malo por otras sociedades (entre ellas la nuestra, por suerte). Así que prefiero el término «responsabilidad» que básicamente indica que el ser humano tiene que frenar sus instintos de libertad absoluta para poder vivir en sociedad, de acuerdo a cómo esa sociedad concibe sus relaciones, y responsabilizarse (como Ghandi, por poner un ejemplo) si las infirnge.
El segundo postulado del manifiesto no consta en mis mandamientos. No porque en sí no sea importante, sino porque el respeto por la persona humana es algo que para mí está comprendido ya en el concepto de libertad + responsabilidad. No puedo ser libre si no se me respeta y no puedo ser responsable si no respeto a los demás seres humanos. El punto quizá discutible es el de la familia. En mi concepción, que desarrollaré cuando pase de hablar de los mandamientos a hablar del catecismo, es que la familia necesita definición. Hubo un tiempo, en particular aquel en que se redactó el manifiesto, en que la familia era un concepto bien definido, con dos progenitores y varios hijos, abuelos, tías, etc. que ya no necesitaban más definición previa. Hoy en día, una familia puede estar compuesta por muchos vínculos de muy distinto tipo, de sangre o no, que necesitan mayor profundización para entender cuál es, si es que hoy todavía es, el concepto esencial de la palabra familia. Así que simplemente lo saco de ahí y lo pienso como algo que deberá ser construido sobre el concepto de la libertad y la responsabilidad individual, que conlleva necesariamente el respeto por la persona humana.
En el tercero de los postulados y el segundo de los mandamientos que yo adopto tenemos concordancias esenciales. Nos referimos al Estado, algo que aún no hemos definido (y que deberá ser expandido en el catecismo para darle el continente y el contenido adecuado) pero que ya de por sí tiene un rol secundario respecto a los individuors. Se entiende que el Estado es ya «otra cosa» que el individuo, aunque todavía no sabemos exactamente qué. Y en ambos casos (excepto por el artículo determinado en un caso e indeterminado en el otro) se dice lo mismo: el Estado es un (o el) instrumento, es una herramienta concebida para un determinado fin. ¿Por quién? En 1947 decían la comunidad, yo prefiero los ciudadanos, pero el concepto es el mismo, son los integrantes de una sociedad que se ha dado determinadas reglas para vivir juntas. En 1947 se expande notoriamente un concepto que yo prefiero resumir en el «a quienes sirve«. Más adelante, en el catecismo, vamos a desarrollar in extenso tanto el tema de las libertades y derechos como el de lo que el Estado puede y no puede hacer. Pero yo quiero en este momento destacar la fuerza del concepto «a quienes sirve«. Un servidor es un ente que es a propósito para determinado fin. No tiene independencia para definir sus propios fines, no puede extenderlos más allá del servicio a quienes lo definieron, no puede salirse del propósito que se le dio cuando se lo definió. Todos los defectos de los cuales corrientemente nos quejamos en el Estado provienen de que el Estado deja de servir a los ciudadanos, ya sea para definir sus propios fines y lograr sus propios propósitos, ya sea pervirtiendo el mandato de quienes son sus mandantes: los ciudadanos. Decir que «El Estado es únicamente un instrumento de los ciudadanos a quienes sirve» define por inclusión todo lo que el Estado debe hacer, así como lo que no puede hacer. Después deberemos definir por extensión cuáles son esas cosas, así como definir exactamente de qué manera podemos establecer controles y contrapesos para que el Estado no se aparte de sus fines.
Sea entonces esta mi extensa explicación de por qué creo que básicamente los primeros dos mandamientos establecen ya los cimientos sobre los que construir una ideología socioliberal.
Algunas objeciones
Uno de los copartícipes en este emprendimiento, el Dr. Marcelo Bauzá, ha planteado dos extensiones a los dos primeros mandamientos, que en su formulación serían:
- La libertad y la responsabilidad individual de las personas y las entidades colectivas son los fundamentos de la sociedad democrática
- El Estado debe ser en todos sus ámbitos un Estado de Derecho y es únicamente un instrumento de los ciudadanos a quienes sirve.
Estas modificaciones están en este momento expuestas en nuestro colectivo para irlas discutiendo. Creo que es bueno, antes de aceptarlas o rechazarlas, tener la mayor cantidad de opiniones posibles y es lo que estamos haciendo.
Si Uds. o alguno de sus amigos, habiendo leído estos dos artículos, entiende que le interesaría participar de este grupo de acción y pensamiento socioliberal (en formación) los invitamos a integrarse al mismo, notando eso sí que esto no es un partido político sino un grupo de reflexión que, quizá, en algunos años, pueda dar origen a una manifestación política propia, no necesariamente integrada por los que hoy estamos acá. Para integrarse, es bastante simple. Manden un mail con su nombre y una breve bio (quienes son, qué hacen, cuáles son sus intereses al integrarse al grupo, qué esperan que el grupo les aporte y que esperan uds. aportar al grupo) a la dirección:
[email protected]
y bienvenidos sean a la discusión.
Hasta el domingo que viene.