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Contraviento

Carne Podrida II – Un Menú Milenario

13 noviembre, 2022
Nicolás Maquiavelo

Escribe Alfredo Bruno

Los Servicios de Inteligencia, como los países, no tienen ideología sino intereses. Sus propios intereses, en ocasiones muy distintos a los que dicen servir. Nacidos muchas veces antes que los propios Estados, los servicios de información, inteligencia o espionaje se pierden en la noche de los tiempos.

Origenes de los servicios de inteligencia. Moisé Sun Tzu, Maquiavelo

El Tanaj, recogido luego en el Antiguo Testamento, recuerda cuando Moisés, siguiendo la indicación de Jehová, envió hombres de las Doce Tribus a reconocer el territorio prometido de Canaán.

Luego Sun Tzu, hace 2500 años, hablaba de la importancia de conocer en profundidad las debilidades del enemigo, y describía los cinco tipos de espías necesarios para lograr ese objetivo.

Dos milenios después Maquiavelo sentaría las bases de lo que hoy denominaríamos como “funciones de inteligencia”, las que describía como esenciales para el mejor gobierno y la acción bélica.

No obstante, también Maquiavelo recordaría que “el Príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, como tienen temor de Dios ni buena fe con los hombres; de modo que no se difiere la ruina sino mientras se difiere la ruptura; y ya durante la paz despojan a su príncipe tanto como los enemigos durante la guerra, pues no tienen otro amor ni otro motivo que los lleve a la batalla que la paga del príncipe, la cual, por otra parte, no es suficiente para que deseen morir por él. Quieren ser sus soldados mientras el Príncipe no hace la guerra; pero en cuanto la guerra sobreviene, o huyen o piden la baja”.

En rigor, el florentino iba más allá y sostuvo en su obra “Del Arte de la Guerra” que “los militares de oficio constituyen el mayor peligro de corrupción para el rey, y se convertirán en los peores agentes de la tiranía”.

En tanto Maquiavelo consideraba a las actividades de inteligencia parte integrante del ámbito militar y que además servían solo motivados por la paga del Príncipe queda clara cuál era su posición con respecto a sus actores.

La gran pregunta es si estaba o no en lo cierto. Para ello resistamos la tentación de sumirnos en disquisiciones históricas a nivel mundial y hagamos foco en la realidad nacional, de tiempos cercanos, a la luz de los sucesos recientes sobre las filtraciones del Plan de Inteligencia Estratégica de los pasados días.

20 Años No Es Nada… y 30 Muy Poquito

1992

Hace apenas 30 años, en noviembre del 92, se conocerían los primeros indicios del caso Berríos, cuando el científico chileno se escapara de sus ¿captores / cuidadores? y se presenta ante la Comisaría de Parque del Plata, denunciando estar secuestrado por militares chilenos y uruguayos, ya que «Pinochet quiere matarme», según declaró textualmente.

El Comisario nada pudo hacer: camiones militares repletos de soldados armados a guerra rodearon la comisaría. El oficial al mando, Tte. Cnel. Tomás Cassella, Jefe de Operaciones de Contrainteligencia reclamó al prisionero. Fue necesario que el Jefe de Policía de Canelones, Coronel (R) Ramón Rivas, se hiciera presente y ordenara al comisario la entrega del prisionero. Le debemos como sociedad un homenaje a ese Comisario.

Todos sabemos de qué forma terminó esa operación, absolutamente ajena a cualquier interés nacional.

1993

A su vez, al año siguiente se vivía una situación compleja en la comunidad de Inteligencia local, en tanto por primera vez el Ejército debería ceder el control del Dirección General de Información de Defensa a Armada y Fuerza Aérea.

La interna estaba al rojo vivo y en ese marco un día el General Fernán Amado, a punto de asumir como Comandante en Jefe, descubrió un micrófono instalado en su escritorio. El origen del mismo no era externo, sino muy cercano, el propio Servicio de Inteligencia de su misma arma, por orden de su colega el General Mario Aguerrondo. Huelga señalar que en esa oportunidad tampoco había interés nacional alguno en juego, como tampoco sucedería con dispositivos similares que se encontraran en el despacho del por entonces Ministro de Defensa, Mariano Brito.

1994

A mediados  de 1994 sucede un hecho paradigmático, que es imposible obviar. El por entonces Ministro del Interior Ángel Gianola mantiene una reunión reservada con un grupo de nueve Diputados blancos y colorados. El encuentro tiene lugar en la sede de la Guardia de Coraceros y el objetivo de la misma era lograr el apoyo de los Legisladores a un Proyecto de Ley tendiente a convertir a la Guardia Republicana en una fuerza de jurisdicción nacional, con el objetivo de hacer frente a la corrupción policial y el contrabando a gran escala.

Recordemos que la época estuvo marcada por el fenómeno de las “polibandas”, y episodios como la fuga del terrorista argentino Jorge Armando Alonso, quien se desvaneciera de Cárcel Central mientras esperaba su extradición, en una práctica que años después reeditaría el mafioso Rocco Morabito.

La medida que impulsaba el Ministro del Interior no era del agrado de la comunidad de inteligencia local, que veía atacada con ella algunos de sus centros de poder. Por ello seguramente recibieron con gran júbilo la grabación de esa reunión, obtenida por uno de los Diputados asistentes, material que se hizo llegar a dirigentes tupamaros, que le dieron amplia difusión en sus medios, por entonces Mate Amargo y aún Cx 44, con lo que la iniciativa del Gobierno naufragó calamitosamente. Si, esos mismos medios que en agosto de ese año impulsaran la asonada en el Hospital Filtro en procura de impedir la extradición a España de ocho presos etarras.

1995

En junio de ese año el Semanario Brecha recibió de fuentes anónimas materiales de archivos de Inteligencia de la Jefatura de Canelones, que demostraban la realización de vigilancias y seguimientos a dirigentes políticos y sindicales hasta bien entrado el año 1992, vale decir acciones ilegales realizadas en plena Democracia.

El caso originó un escándalo de consideración, que llevó al entonces Ministro del Interior Didier Opertti a comparecer ante el Parlamento, en un escándalo de proporciones que abrió un debate sobre el accionar de ‘los servicios’.

Y más…

Podríamos continuar señalando casos hasta el hartazgo, donde invariablemente ante cualquier acción que pusiera en riesgo a los intereses particulares de los servicios se desataron rápidas operaciones, muchas veces con protagonistas absolutamente impensados.

Todos los contemporáneos recordamos a la Revista Posdata, y su implacable denuncia a la corrupción oficial y policial, y tenemos presente la encarnizada persecución desarrollada luego contra ella, que determinara la prisión de su Director Manuel Flores Silva y parte del staff gerencial, en un escandaloso caso donde la montaña finalmente no llegó a parir siquiera un ratón. Lo que probablemente no obre en el recuerdo general es quien fuera la mente maestra tras esa operación, la a la sazón Fiscal Dra, Mirtha Guianze.

También todos recordamos, obviamente en nuestro caso con mayor fuerza, la suerte que corriera el equipo designado por el Presidente Batlle en 2002 para dirigir la Dirección Nacional de Aduanas y dar lucha frontal al contrabando y la corrupción, que constituían por entonces la norma y no la excepción en la práctica diaria. Bastó que se atacara a ciertos centros de poder para que todas las más diversas fuerzas se unieran en su contra y no cejaran hasta verlos fuera de sus cargos, y procesados por cargos absurdos en un Juzgado Letrado, por ignotos actores judiciales.

Tampoco en ninguno de estos casos estaba en juego interés nacional alguno…

Aquí Están, Estos Son…

Curiosamente, tal vez por la mayor cercanía en el tiempo, es posible encontrar dentro de aquellos operadores del 2002 a algunos de los actuales contra la actual Dirección Nacional de Policía y la Secretaría de Inteligencia Estratégica, que no han parado de operar de todas las formas posibles en su incansable afán de desinformar y crear una «tormenta con matracas», al decir del Cr. Damiani.

«Somos los mismos de siempre» podrían cantar, si bien son muy distintos a los que evoca Chizo y no buscan un rock caliente, si bien tambien «la soledad, como un disfraz te vende entre la gente.»

Tal vez ello se deba a que por primera vez esa Dirección Nacional está en manos de un “boina negra” y también por primera vez la Coordinación de Inteligencia está directamente a cargo del poder político, de un civil, ajenos ambos a las roscas de poder y a las prácticas de los mercenarios sobre las que alertaba Maquiavelo.

Corolario

Por todo esto es una muy importante señal el apoyo monolítico que el Gobierno ha brindado a estos Jerarcas, sobre todo ante la filtración de datos que afectara a la Secretaría de Inteligencia.

Es un tema complejo, donde probablemente no surja un responsable directo, pero que debe dejar enseñanzas claras. No hay amigos, moral ni ética en los ámbitos cortesanos y de ninguna manera se puede permitir que sea el adversario quien marque los pasos del propio camino. Por ello es importante determinar en todo momento quienes son los adversarios y quienes los enemigos, que pueden lucir muy bonitos disfraces y aparentar ser una grata compañía en el agotador camino por el desierto que puede ser una gestión.

Volvamos a Maquiavelo, en el Capítulo XXIII de El Príncipe, titulado justamente “Como Huir De Los Aduladores”: “No quiero pasar por alto un asunto importante, y es la falta en que con facilidad caen los príncipes si no son muy prudentes o no saben elegir bien. Me refiero a los aduladores, que abundan en todas las cortes.” Sobre este punto comentó Napoleón Bonaparte, durante su Reinado Imperial: “Son necesarios. Un príncipe necesita de su incienso; pero no debe dejarse desvanecer. y esto es lo difícil”

 

Nunca está de más recordar, también, el consejo que aquel Director Técnico le brindara a su nervioso golero debutante: “No te preocupes por las difíciles, pero por favor, ¡las que van para afuera no las metas para adentro!”

Finalmente, permítaseme el atrevimiento de cerrar, ya totalmente con la seriedad que el tema exige, con un aporte propio que me tocara aprender de la peor forma: NO HAY ENEMIGO CHICO.

 


 

 

 

 

 

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