Tras el golpe de estado de febrero, la central sindical CNT seguía manteniendo reuniones y encontrando coincidencias con las Fuerzas Armadas, en su visión de «oligarquía vs. pueblo». Rescatamos estos comunicados de la publicación «Flecha, Cuaderno para discusión política FA», editado por el Partido Demócrata Cristiano, Lema del Frente Amplio por entonces, referido a febrero de 1973
Comunicado de las FFAA sobre reunión con la CNT
El 28 de Marzo de 1973 los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas mantuvieron una reunión con delegados de la Convención Nacional de Trabajadores, CNT.
Sobre la misma el 9 de abril, exactamente a dos meses del Golpe de Estado, emitieron un Comunicado en el que dejaban entrever su intención de «romper el diálogo» con la central sindical. El mismo decía así:
Montevideo, 9 de abril de 1973
Habiendo la Convención Nacional de Trabajadores CNT librado al conocimiento público la versión de una entrevista mantenida a su solicitud con esta Junta de Comandantes en Jefe el día 28 de marzo próximo pasado y constatándose omisiones en el comunicado de referencia, se reitera por la presente la opinión de las Fuerzas Armadas que en la oportunidad se hizo conocer a los dirigentes de la organización laboral:
1°) Que si bien la CNT reconoce la identidad de sus objetivos con los expresados por las Fuerzas Armadas en sus Comunicados Nos. 4 y 7 /73, éstas entienden que los caminos preconizados por ambas Instituciones son irreconciliables, ya que, mientras la CNT recurre para lograr sus conquistas al arbitrio de paros y huelgas, con o sin ocupación de fábricas, las Fuerzas Armadas se empeñan para sus fines en forzar la comunidad de todos los orientales en el trabajo, sacrificio y honestidad tanto más comprometidos cuanto más elevado sea el nivel de responsabilidad de cada ciudadano.
2) Que se entiende que la finalidad exclusiva de toda acción sindical es velar y defender los derechos de los trabajadores pero no se le reconocer la facultad política de exigir y/o presionar el cambio irregular de las autoridades constitucionalmente elegidas o legalmente designadas.
3°) Que si el poder político entendiera conveniente promulgar una ley de organización sindical, no haría otra coa que cumplir con los mandatos establecidos en los artículos 53 y 57 de la Constitución de la República.
Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas
LA CNT RESPONDE
El Comunicado de los tres Comandantes en Jefe fue informado previamente la Presidente Bordaberry en una reunión que se llevó a cabo de la residencia de la Avda, Suárez.
El mismo originó una rápida respuesta de la central sindical, suyo Secretariado Ejecutivo se reunió el día 10 en forma urgente, para considerar lo relativo al Comunicado de los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, tras lo cual se emitió la siguiente Declaración.
«En relación al Comunicado emitido en la noche del día 10 de abril por la Junat de Comandantes en Jefe el Secretariado de la Convención Nacional de Trabajadores ha resuelto dar a conocer la siguientes Declaración:
1°) En el marco de la preparación de la extraordinaria jornada realizada por la clase obrera el pasado 29 de marzo, la CNT realizó , entre otras, una entrevista con la citada Junta de Comandantes.
Lo hizo para explicar el carácter y los objetivos de la jornada, que, como la vida demostró, significó un invalorable y patriótico aporte de la clase trabajadora al esfuerzo del conjunto del pueblo uruguayo por impulsar un programa de soluciones a la crisis por remover los obstáculos que se oponen a su concreción, por la presencia de una rosca oligárquica que ha procedido a un vaciado sistemático de la economía nacional, en una palabra para utilizar la expresión artiguista, por remover los obstáculos que se oponen a la pública felicidad.
En el transcurso de la reunión la CNT señaló los lineamientos esenciales de su programa de soluciones, expresado en lo fundamental en la necesidad de una profunda Reforma Agraria, la Nacionalización de la Banca, del Comercio Exterior, y de la Industria Frigorífica, la ruptura con el FMI y una política exterior independiente y soberana, la recuperación y el desarrollo del Entes del Estado, la defensa del nivel de vida del pueblo y el ejercicio pleno de los derechos y las libertades democráticas. Se constató asimismo la existencia de coincidencias en relación a un conjunto de objetivos programáticos expresados en los Comunicados 4 y 7 de las Fuerzas Armadas.
La CNT no omitió señalar en su comunicado sobre la citada entrevista que, no obstante lo expresado anteriormente, las partes habían establecido con total independencia sus particulares puntos de vista en torno a la compleja y difícil situación que vive la Republica y los caminos para su superación, los que por otra parte han sido ampliamente explicitados tanto en los documentos de la CNT como en los propios Comunicados de las Fuerzas Armadas.
2°) La CNT señala que no son los paros y las huelgas de los trabajadores los que afectan la economía nacional, sino que es la obra d ela oligarquía la que ha llevado al país a su actual situación.
Los trabajadores, por otra parte, recurren a tales medidas de lucha como recurso extremo, cuando se han agotado todas las otras vías para hacer reconocer sus derechos o para impulsar su programa de soluciones reales a la crisis, cuyas consecuencias padecen en primer término las clases populares. Tal por ejemplo la intensa movilización desarrollada en los meses de Agosto y Setiembre, al cabo de la cual el Presidente Bordaberry tuvo que reconocer que los trabajadores tenían razón; y luego de intentar en primer término el camino de la represión, desestimada por las propias Fuerzas Armadas, debió concretar los aumentos salariales reclamados. El régimen del pachequismo de alimentó de la prédica contra las huelgas. Hoy ante todo el país ha quedado demostrado quienes tenían razón, y por cierto no la tienen los que calumniaron a la clase obrera, los que esgrimieron la represión, para sumir al país en el caos económico…
3°) Los trabajadores no se consideran ajenos a ninguno de los problemas sociales y políticos que conmueven al país, Prácticamente desde su fundación el movimiento obrero ha entendido que la lucha por el salario, por las condiciones de trabajo, por la legislación social, está indisolublemente ligada a la lucha por cambios estructurales en la economía, por ejercicio pleno y efectivo de la democracia y los derechos populares, promoviendo a tales efectos los planteos políticos correspondiente.
Así vemos, por ejemplo, en 1966, señalando el carácter regresivo del Proyecto de reforma constitucional «naranja».
Así lo hizo en los instantes dramáticos de febrero de este años, cuando en momentos en que pendían sobre el país la amenaza misma de una guerra civil por las actitudes del propio Presidente de la República, la CNT asumió una actitud de gran responsabilidad histórica afirmando una vez más que el dilema real era entre oligarquía y pueblo y desenmascarando a los vaciando las instituciones pretendían que eran sus defensores.
Y así lo hizo en la majestuosa jornada del 29 de marzo, volcando más de 150.000 personas a la calle en reclamo de cambios, en reclamo de avanzar en las metas programáticas en torno a las cuales viene coincidiendo el conjunto del pueblo uruguayo, y en reclamo de la renuncia de Bordaberry para abrir, a través de los mecanismos constitucionales correspondientes, tal como se precisó en la reunión, y no por vía «irregulares», un camino para el reencuentro de los orientales no vinculados o comprometidos con la rosca, en la tarea común de llevar adelante el programa de soluciones a la crisis.
4°) En la reunión del día 28 no estuvo planteado el tema de la reglamentación sindical.
Es bien conocida la posición del movimiento obrero en torno a este tema. Aquí no se trata de garantizar la vida democrática de los sindicatos. ¿Quién que conozca el movimiento sindical uruguayo puede desconocer el carácter esencial y auténticamente democrático del mismo; las formas de elección de sus dirigentes, el mecanismo de las asambleas y de la consulta permanente a las bases sobre todos los aspectos de la labora sindical? ¿Pero acaso, conociendo las características de los trabajadores uruguayos, como las de todo nuestro pueblo, podrían pequeñas minorías, como a veces se dice en cierta prensa vinculada a la rosca, torcer la voluntad e imponer sus opiniones a los centenares de miles de obreros que participan activamente en las movilizaciones, en los paros, en las huelgas, en manifestaciones multitudinarias como las del 29?
Detrás de los intentos de imponer la reglamentación sindical se han escondido siempre los esfuerzos de la oligarquía, de la derecha, por enchalecar a los sindicatos, no por garantizar los derechos sindicales, sino para negarlos, no por cumplir la Constitución, garantizando el ejercicio pleno del derecho de agremiación y de huelga sino para coartar estos derechos, en una palabra impedir que los sindicatos ejerzan libremente su acción como una fuerza fundamental en el proceso de la unidad del pueblo uruguayo por la liberación d n nuestra patria del dominio de la oligarquía y el imperialismo.
En atento a lo expuesto, que una y otra vez la clase trabajadora ha rechazado y rechaza los intentos de reglamentación sindical.
Finalmente la CNT reitera que lo que el país requiere son medidas contra la rosca que de lo que hoy se trata es de desalojar a la rosca del poder. Y que en ese camino, como en le camino de la reconstrucción nacional, siempre se va a contar con la clase obrera, con el movimiento sindical y con la CNT.
Secretariado Ejecutivo de la CNT
Montevideo, 10 de abril de 1973