Escribe Giuliano Giupponi.
Rusia desplegó durante décadas una campaña mundial sobre su poderío militar. Esto no es nada nuevo ni sorprendente, pero en esa campaña hay detalles que debemos observar.
Previo a la actual invasión a Ucrania, la imagen de la fuerza militar rusa era de invencibilidad, con misiles hipersónicos, armas nucleares definitivas, torpedos Poseidón capaces de provocar un tsunami radiactivo para devastar continentes, aviones indetectables y blindados imposibles de destruir. Esa campaña ha inducido al error a muchos de los analistas que aseguran desde hace un año que enfrentarse a Rusia es imposible, porque como dijo Putin, «Rusia es imposible de derrotar».
Pero el demonio está en los detalles y cuando vemos esos detalles es imposible no llegar a la conclusión que Rusia es una potencia terrenal, con muchas limitaciones .
Vamos a enfocarnos en el proyecto de última generación de blindados, la familia Armata. Esta familia incluye 6 vehículos que comparten la misma plataforma modular, es decir que sus piezas son intercambiables y además suma la versatilidad para su transformación, con el ahorro consiguiente de recursos. La familia incluye, el carro de combate (tanque) T-14, el vehículo de combate de infantería T-15, el obús autopropulsado 2S35 Koalitsiya-SV, el transporte blindado de personal Kurganets, el Vehículo de apoyo y combate de infantería BMP-T3 «Terminator» y el BMP K17 «Bumerang» un transporte anfibio de personal sobre ruedas 8×8. Todos ellos cuentan con la última tecnología de blindaje y armamentos y serán los blindados rusos para uso y exportación de los próximos 50 años.
Pero aquí entra el demonio ya que todos tienen el mismo defecto, hasta ahora insalvable, su corazón mecánico, el motor. Todos comparten el motor 12N360 o A-85-3A, un motor en X de 12 cilindros. El sistema es como juntar dos motores V6 uniéndolos por su cigueñal, su ventaja en reducción de espacio es evidente si se pudieran salvar sus defectos, cosa hasta ahora imposible.
Ahora un poco de historia sobre los motores en X. En las décadas del 10 y 20 del siglo XX, en pleno auge de la irrupción de los motores a combustión interna y el automóvil, las empresas más importantes buscaban soluciones para ampliar la industria. Así se llega por parte de varias de las mayores automovilísticas del mundo a los motores en X para su experimentación. Rolls Royce, Daimler Benz, Ford, Isotta Frascchini, Packard tuvieron ésta curiosa configuración entre sus proyectos de desarrollo y todos con el mismo resultado, salvo Ford, fueron CANCELADOS. Ford si bien canceló el desarrollo, usó la información del mismo para desarrollar su exitoso motor V8 Flat Head o cabeza plana. El resto canceló los proyectos por costosos, su poca fiabilidad y sus enormes pesos, todo esto sucedió hace 100 años.
Pues bien, los ingenieros rusos tomaron esa idea y la desarrollaron con idénticos resultados, hasta ahora no hay forma de que los motores A853A funcionen fuera de las condiciones de laboratorio. Fallos por vibración en los sistemas de alimentación de combustible, exceso de temperatura, fallas en los supercargadores y hasta roturas de los blocks por exceso de presión son algunos de los fallos que se pueden encontrar públicamente. La pregunta obvia es, ¿porqué no cambian el motor por uno ya probado? Y la respuesta la tiene la oficina de diseño de Uralvagonzavod, la plataforma está diseñada alrededor de ESE motor y sus diferentes trasmisiones, cambiar por un motor mas «largo» obliga a modificar todos los cascos de los vehículos, lo que significa tener que desechar todo el proyecto y perder los miles de millones de dólares invertidos hasta ahora y más de una década de trabajo. Un duro golpe al orgullo ruso también sería otra de las causas.
En resumen es un tema técnico por el cual no se ven en Ucrania las armas más modernas desarrolladas por el Kremlin, simplemente no funcionan fuera de los desfiles del 9 de Mayo.
Por tanto no parece ser motivo de preocupación las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa ruso de varios vehículos Armata sobre un tren con nieve, lo más probable es que estén ensayando para el desfile de Mayo.
- Retaliación
Hasta ayer, parecía que los anuncios de Vladimir Putin sobre la suspensión del tratado START no iban a tener consecuencia alguna por parte de EEUU. Pero esa situación cambió ayer cuando se hizo público por diversos medios de prensa en todo el mundo del arribo y despliegue en Islandia de un escuadrón de comando y defensa del Comando Estratégico de EEUU. Más allá del apodo de la aeronave como «avión del fin del mundo», lo que le agrega dramatismo periodístico y nada más, lo sustancial es el mensaje que EEUU y la OTAN le envían a Putin si piensa amenazar con el uso de armamento nuclear.
El avión, denominado E-6B, es una plataforma de comando misilístico y de batalla con la capacidad y el poder legal de ordenar el uso nuclear en caso de que el Comando Estratégico esté incapacitado por un ataque previo. Funciona como una alternativa a recibir un ataque presuntamente nuclear y puede disponer de la capacidad nuclear de EEUU como respuesta. La tecnología del avión que no está clasificada, indica que tiene la capacidad de comunicarse con la fuerza submarina y ordenar ataques aún estando sumergidas las naves. Es probable que tenga otras tecnologías como la capacidad remota de disponer desde la aeronave de los misiles en tierra, pero eso es solo un rumor que EEUU no afirma ni desmiente. Es decir que si bien puede parecer una escalada, es simplemente una respuesta proporcional a los anuncios del gobierno ruso sobre sus armamentos nucleares con un estilo de «Sleepy Joe te tiene en la mira Vlad».
- Situación en el frente de combate y qué esperar.
En la línea de contacto las cosas están más o menos estables, salvo en un punto, Bakhmut. En toda la línea de frente continúan los ataques frontales sobre las posiciones ucranianas y continúan los fracasos de avances rusos.
En Vuhledar hubo decenas de ataques de todo tipo, pero el único avance real fue el repliegue de las unidades rusas de la zona norte de Pavlivka dejando solamente puestos de avanzada y observación que son hostigados por los cada vez más sofisticados drones bombarderos ucranianos, que no son más que drones comerciales, en general cuadricópteros, adaptados para transportar desde granadas de manos hasta munición de morteros 120mm.
En el Norte, en Kupiansk siguen los ataques pero la línea de frente no se ha modificado sustancialmente. Igual situación se reporta desde Kreminna, en dónde lo más preocupante para Rusia es que aquí las tropas empeñadas son algunas de las unidades reconstituídas luego del desastre de Kyiv, incluyendo la 76ª VDV de paracaidistas de Pskov, una división de asalto de élite.
En Bakhmut, que es el epicentro de los mayores combates actuales, la situación es que Rusia lanza todo lo que tiene por ganar terreno y Ucrania se lo hace pagar en vidas. Presuntamente los volúmenes de tropas de uno y otro lado serían unas 13 a 16 brigadas de diverso tipo con unos 50.000 soldados en total incluyendo unos 5.000 a 7.000 tropas defendiendo la ciudad en sí, mientras que el resto mantiene el frente que se extiende varios kilómetros al norte y suroeste de la ciudad, que ha quedado en cenizas debido a los bombardeos. Rusia tendría desplegadas en la zona entre 80.000 y 110.000 soldados incluyendo las reservas, las cuales debe tener además en permanente movimiento para evitar los ataques con Himars que le vuelvan a dar dolores de cabeza.
Hace unos días se realizó una incursión rusa de penetración sobre las vías del tren rumbo a Chasiv Yar que fue respondida con un intento de envolvimiento por parte de las tropas ucranianas en el mismo día. Al final todo quedó en tablas ya que la caída de la noche y la llegada de refuerzos rusos impidió que se formara un pequeño caldero con más de 3000 soldados rusos dentro. Rusia avanza, muy lentamente y a un costo muy grande en vidas, pero avanza.
Quizá lo novedoso de éstas últimas 48 horas es la llegada adelantada de la raputítsa, el legendario barro de las llanuras ucranianas y con él la llegada de la primavera casi un mes antes. Es decir que el General Invierno fue derrotado sin remedio y las tropas ucranianas, que sufrirán del barro igual que las rusas, al menos lograrán un pequeño respiro que les permita reorganizarse para seguir luchando.
Es probable que al final Bakhmut, sus escombros en realidad, terminen cayendo en manos rusas, lo que dependerá incluso del clima, pero el costo de tomar esa pequeña ciudad será de decenas de miles de muertos y heridos y de más de 500 blindados, un costo que hoy a Rusia le resulta demasiado elevado.
Claro que la situación sigue siendo delicada para Ucrania lo que no significa que sea favorable a Rusia, ya que la ofensiva de invierno que debía lograr la consolidación del Donbás también fracasó.
En el mientras tanto Ucrania sigue preparando sus maniobras con material occidental fuera de Ucrania y a salvo de drones y misiles rusos.
Seguiremos informando.