Escribe Manuel Da Fonte
Si observamos la evolución de los fallecidos en el tránsito, en los últimos años, vemos que lejos de marcar una tendencia continua a la baja, hay un notorio estancamiento, siendo que estamos al mismo nivel de fallecidos desde el 2016.
No se entiende realmente qué es lo que celebra UNASEV al presentar en las últimas horas un adelanto del informe de siniestralidad vial 2022, mostrando como algo positivo el hecho de que hubieron tres (sí, sólo tres) fallecidos menos con respecto al año 2021.
Dice su Presidente, el escribano Draper, que van por el buen camino, y que hay un continuo descenso en las cifras de siniestralidad.
¿Realmente se cree que es una indicación de que se está realizando una gestión exitosa, una variación en tres fallecidos en un volumen de más de 400 muertos por año?
¿Una variación menor al 1% (sí, menos de uno %) es un dato significativo para establecer una tendencia?
Si observamos la evolución de los fallecidos en el tránsito, en los últimos años, vemos que lejos de marcar una tendencia continua a la baja, hay un notorio estancamiento, siendo que estamos al mismo nivel de fallecidos desde el 2016.
O sea que, desde hace 7 años, no se avanza en reducir la siniestralidad.
Además, Uruguay fracasó en cumplir con el objetivo del Decenio anterior por la seguridad vial, donde deberíamos haber llegado al 2020 con menos de 280 muertos, y tuvimos 390 ese año.
Más de 100 muertos que se habrían evitado, si hubiéramos cumplido con las metas de las Naciones Unidas para el decenio de acción de la seguridad vial 2011-2020.
Visto el fracaso del Decenio anterior, se estableció un nuevo Decenio 2020-2030, con el mismo objetivo, reducir un 50% las muertes en el tránsito.
Nuevamente el Parlamento lo hizo ley, por lo cual su cumplimiento pasa a ser obligatorio, para todas las autoridades nacionales y departamentales.
Si continuamos con los resultados que vemos hasta el presente, podemos prever un nuevo fracaso en este tema.
El comienzo del nuevo decenio evidencia, además del estancamiento referido anteriormente, en realidad un incremento en las cifras de mortalidad en el tránsito, con respeto a los 390 muertos con los que culminó el Decenio anterior, superando a partir de ese año, los 400 muertos anuales, llegando a los 430 muertos aproximadamente en los dos últimos años.
En porcentaje, estamos hablando de un incremento de prácticamente un 10% cada año con respecto al año 2020.
Con una diferencia menor al 1% entre 2022 y el 2021, la reducción del 50% establecida como meta del Decenio, se estaría alcanzando recién para dentro de 50 años.
O sea que para el 2073, lograríamos reducir los muertos en el tránsito, alcanzando la meta establecida de 200 fallecidos por año.
¿Realmente las autoridades de UNASEV piensan que se pueden mirar estos resultados de la gestión de la seguridad vial, como exitosas?
Evidentemente las políticas implementadas han fracasado y deberían realizarse urgentes modificaciones a las mismas, si se pretende revertir la situación de estancamiento en la mejora de la seguridad vial (que las autoridades no perciben, viendo un descenso donde no lo hay), alcanzar las metas establecidas por Naciones Unidas, asumidas como propias por el Parlamento.
Otro ítem mencionado por el escribano Draper frente a los periodistas, fue el incremento en el número de peatones fallecidos como resultado de atropellos.
En este caso, a la inversa de lo que hace cuando celebra cifras de descenso en la siniestralidad (aunque sean marginales y no significativas), que adjudica a los “buenos” resultados de la gestión de UNASEV y demás organismos, adjudica el incremento en las muertes de peatones al comportamiento de estos, culpando a los peatones distraídos y al supuesto uso de celular.
En primer lugar, en un país donde no se investigan los siniestros de tránsito en forma adecuada, analizando y midiendo los diferentes factores involucrados.
¿Cómo se puede afirmar que la distracción por el uso del celular es la causa del incremento en el número de peatones fallecidos?
Este enfoque de la siniestralidad vial y su abordaje, es totalmente obsoleto. Está demostrado que el enfoque basado en culpar a la víctima de su propia muerte, es inadecuado y no produce ninguna mejora en la siniestralidad.
No hay que culpar a los usuarios de los errores que estos puedan cometer.
Por el contrario, hay que hacer responsables a las autoridades, exigirles que trabajen en la creación de un sistema seguro, que proteja a los usuarios de las vías, en especial a los vulnerables, de los errores que cometan, tanto estos como los automovilistas.
Ello implica trabajar prioritariamente en los pilares establecidos por las Naciones Unidas (que no son los que prioriza UNASEV y su Presidente).
Detallo a continuación alguno de los pilares que establece Naciones Unidas y que son en los que se debe trabajar prioritariamente:
Vehículos más seguros.
En este ítem la ley de tránsito que exige vehículos más seguros, sigue sin ser reglamentada, a más de tres años de aprobada por el Parlamento.
El Etiquetado Obligatorio con las Estrellas de LatinNCAP, propuesta promovida por este organismo, que ANCOSEV (Asociación Nacional de Consumidores por la Seguridad Vial) entregó a UNASEV hace tres años ya, que promueve el derecho de los consumidores a estar informados sobre el nivel de riesgo o de seguridad que tienen los vehículos que usan, ya sea como uso familiar o como uso laboral, sigue escondida en un cajón de UNASEV.
Propuesta de Etiquetado Obligatorio con Estrellas de LatinNCAP
Vías de tránsito más seguras.
En este caso el MTOP es el organismo que se ha tomado más en serio el tema, y está realizando muchas mejoras en la infraestructura vial. Lamentablemente las Intendencias no están a la par del Ministerio en este rubro.
En este ítem, hay muchas iniciativas que hemos presentado desde ANCOSEV y en CONTRAVIENTO, todas de bajo costo y rápida implementación, que están pendientes de realización en la mayoría de los casos.
https://contraviento.uy/category/seguridadvial/
Asistencia Médica Post Siniestro.
En esta materia no se avanzó, y no se ha logrado un sistema nacional de atención para los siniestrados de tránsito.
Un parámetro que permite medir la calidad de la asistencia médica, es el porcentaje de víctimas que muere en el lugar del siniestro. En carreteras este porcentaje superaba en el 2021 el 70 % en rutas. Lo ideal es que se sitúe en el entorno del 50%.
Tarea pendiente para el MSP.
Usuarios más seguros.
La Fiscalización adecuada y suficiente para bajar la siniestralidad, es un ítem fundamental para mejorar la seguridad de los usuarios en la vía pública.
Uruguay está muy lejos de alcanzar estándares adecuados en este rubro.
Hemos mencionado en forma reiterada los niveles exiguos de fiscalización en materias como alcoholemias de control, uso de Sistemas de Retención Infantil (SRI), vehículos en situación no reglamentaria (sin matrícula, sin luces y sin Inspección Técnica Vehicular (ITV)), conductores sin libreta, sin casco y/o menores de edad.
Fiscalización insuficiente de conductores alcoholizados
En suma, si lejos de ver la situación de estancamiento en que nos encontramos como país en la gestión de la siniestralidad vial, de empeoramiento con respecto a la finalización del Decenio anterior, las autoridades responsables de esta situación, piensan que estamos mejorando y ven un descenso continuo, porque hubo tres fallecidos menos en 430, vamos muy mal rumbeados.
De persistir en este camino, sólo es posible pronosticar el fracaso de la gestión, y que terminaremos el nuevo Decenio de Acción manteniendo la terrible situación de sufrir 400 uruguayos muertos por año en el tránsito.