Vivimos en un mundo que nos pide estar siempre en movimiento, creando, haciendo, siempre disponibles y, sobre todo, siempre productivas. Entre la vida profesional, las responsabilidades familiares y el cuidado personal, es fácil sentirnos desconectadas o abrumadas. Hoy vamos a explorar prácticas de mindfulness que nos pueden ayudar a crear un espacio de calma en medio de la vorágine diaria.
Mindfulness en movimiento: un respiro en medio de las tareas
No siempre tenemos el tiempo para sentarnos en silencio a meditar, pero el mindfulness puede integrarse en acciones cotidianas. Su práctica informal lo hace amable y fácil de aplicar en el día a día. La próxima vez que realices una actividad sencilla como ordenar las cosas encima del escritorio, caminar hacia el trabajo o preparar una lista de recados prueba este ejercicio:
- Observa tus sentidos: Siente la temperatura del ambiente, la textura de los objetos, la planta de los pies al caminar o el aroma del papel si escribes en él.
- Respira conscientemente: Realiza tres respiraciones profundas permitiendo que cada exhalación libere cualquier tensión acumulada.
- Nota tus pensamientos: Si tu mente divaga simplemente obsérvala y vuelve a enfocarte en la actividad.
Este ejercicio permite que la mente se refresque en pocos minutos, cultivando un estado de calma que puede acompañarte en el resto del día.
Autoaceptación: una práctica de compasión hacia nosotras mismas
En el día a día solemos ser nuestras peores críticas. Una práctica sencilla de mindfulness es cultivar la autoaceptación, que nos recuerda que no necesitamos «hacer todo perfecto».
1. Escribe un recordatorio amable: Cada mañana escribe una frase de afirmación personal, como «Hoy elijo tratarme con compasión». Dejala en un lugar visible para que la recuerdes en tus actividades cotidianas.
2. Respira y repítela: Cuando surjan momentos de estrés o autocrítica, cierra los ojos, respira y repite la frase.
Este acto, muy simple, sencillo, ayuda a reprogramar el diálogo interno, suavizando la presión autoimpuesta y reforzando la conexión con nuestro valor personal.
Ejercicio de visualización para aliviar la ansiedad
Las visualizaciones guiadas con una herramienta efectiva para calmar la mente y aliviar la ansiedad. Intenta este ejercicio al final del día o cuando necesites un respiro:
- Encuentra un lugar tranquilo y cierra los ojos.
- Visualiza un espacio seguro y cálido, ya sea una playa tranquila, un jardín o una habitación acogedora.
- Respira profundamente imaginando que inhalas calma y exhalas cualquier tensión.
Permite que esta imagen te envuelva y concédete unos minutos en este espacio seguro, reforzando una sensación de paz interior que puedes llevar contigo.
Recuerda que la práctica de mindfulness es un regalo que te haces a ti misma para cultivar calma y claridad en medio de la vida moderna. Estas técnicas simples pueden ser integradas en cualquier momento del día, aportándose serenidad y resiliencia.
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