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Contraviento

Entre el Rugby y los Juegos del Hambre

3 diciembre, 2024
Coalición
Alfredo Bruno

Faltaban pocas horas para el balotage y el mejor pronóstico para el oficialismo hablaba de una diferencia de 0.5 % a favor de la Coalición Republicana. Hoy sabemos que la realidad estaba muy lejos de eso, pero de haberse concretado esa cifra ni el más feroz coalicionista podía haberse sentido feliz por una victoria de ese tipo. El Barcelona del MSN no podía festejar una victoria en la hora, con un penal dudoso, contra el Dream Tinto, recordado animador pradense de la Liga Amateur de Montevideo, años atrás.

A menos, claro, que el cuadro no fuera el súper equipo que se pensaba, o que subestimara demasiado a su rival, o que se presentara a jugar el encuentro aplicando reglamentos ajenos al del torneo en disputa. O a todo eso junto, que es lo más parecido a la realidad.

En el principio era el Verbo

La cita a Juan encierra dos cuestiones básicas en este intento de abordaje de un análisis. Primero, la necesidad de establecer un principio a la caída, el momentum horribilis en que comenzó a edificarse la derrota oficialista. Segundo, porque lo que crea y da sustento a toda obra es el Verbo, la palabra que da inicio y sostén al proceso de construcción o destrucción de una Cosa. El relato, en suma.

Toda obra humana empieza a derrumbarse en el momento en que se termina de construir, sino antes aún. Así, podemos situar el inicio de la caída del Gobierno de Coalición en el preciso instante en que se conformó, antes del 1 de marzo del 2020, cuando se incluyeron algunos elementos que no podía sorprender a nadie que fueran a causar problemas internos.

En algunos casos pudo existir presión política, otros en cambio solo pueden explicarse por una profunda ingenuidad o una total seguridad en poder manejarlos rayana en la omnipotencia, igualmente ingenua finalmente, en tanto esos elementos llevaban consigo la condición del alacrán de la fábula.

Así, los primeros y mayores problemas que comenzó a enfrentar el gobierno fueron originados por elementos propios, Cardozo y la danza de irregularidades en el Ministerio de Turismo, Maciel con sus trasnochados avisos sobre Marset, Astesiano y toda la novela que vino después.

Ese fue el Principio, y fue donde se perdió el Verbo.

Wikipedia es gratis

Alfred Hitchcock sostenía que para hacer una gran película se necesitan tres cosas: el guion, el guion y el guion.  Eso puede aplicarse a cualquier obra que se irá a someter al público, más allá de sus protagonistas, staff, efectos especiales o presupuesto, la gente la hará suya y la recordará si el argumento la atrapa, si la historia la conmueve, más allá de que termine bien o mal. Mucho menos, obviamente, que sea real o una fantasía, lo importante es que entretenga, seduzca, atrape.

Netflix, Prime Video, Disney, HBO, etc, facturan miles de millones anualmente por darnos entretenimiento y distracción. En tanto, Wikipedia y todo su contenido enciclopédico es gratuita, por la simple razón de que nadie pagaría para que le muestren hechos y datos.

Relato mata todo

La guerra está íntimamente unida a la historia de la Humanidad, siendo casi una constante a lo largo de miles de años. Más allá de intereses puntuales, la enorme mayoría de esos enfrentamientos han tenido como excusa, al menos, a las religiones, que son las Madres de Todos los Relatos y han movido a nuestra especie por milenios en base a una zarza ardiente, el hijo de una virgen o alguien que se elevó desde una piedra hacia el cielo.

Algo tan obvio fue absolutamente ignorado por el gobierno, que se aferró a una consigna exactamente contraria. “Dato mala relato”, se afirmó una y otra vez por distintos protagonistas, en un ejercicio que tenía tanto de bienintencionado como de inútil.

Así, se permitió que se instalaran y consolidaran una serie de relatos algunos de características francamente delirantes, que a fuerza de no ser rebatidos tomaron consistencia de verdades fácticas, dogmas.

La caída del salario real, por ejemplo, donde jamás nadie salió a recordar que fue un fenómeno mundial y respondió en Uruguay a una decisión consensuada entre el Gobierno, las Cámaras Empresariales y la Central Sindical para favorecer la mantención del empleo y la creación de nuevas fuentes de trabajo en el peor momento de la pandemia.

Nada hubiera sido más fácil para rebatir al Presidente del Frente Amplio Sr. Fernando Pereira sobre ese punto que mostrar el acuerdo firmado en su momento por el Presidente del PIT-CNT, Sr. Fernando Pereira. Sin embargo, nadie lo hizo. Por el contrario, se buscó relativizar las cifras de diversas formas, con lo cual solo se logró darles veracidad, carácter de “cosa juzgada”.

Un capítulo aparte merecería todo el affaire “pasaporte Marset”, donde prolija y concienzudamente se hizo todo lo que no se tiene que hacer ante una crisis con lo cual la explicación final, que debió ser la primera y única, se perdió en un mar de enredos y ocultamientos.

Eso dio origen a algunas de las versiones más disparatadas que se recuerden en la historia política nacional, como el episodio del pescado, la “asociación para delinquir de un solo miembro” y el “narcogobierno”. Todas, por ser tarde y mal rebatidas o directamente ignoradas, se consolidaron con fuerza de hechos en parte del imaginario, en tanto los esfuerzos de algunos pocos por dimensionar debidamente los hechos se perdieron en el silencio, ignorados olímpicamente por quienes tenían la obligación de asumir la defensa del gobierno.

Así, nadie recordó durante meses y meses de campañas que el candidato presidencial frenteamplista era objeto de investigación por la JUTEP por el ingreso de cientos de funcionarios a la IMC por razones partidarias a través de contratos directos, o que la candidata a la Vicepresidencia está siendo indagada penalmente por el escándalo del Antel Arena.

Todo eso pretendió ser obviado con relatos de la gestión del gobierno durante la pandemia, en clara muestra de olvido de dos detalles importantes. El primero, que ni siquiera Hollywood, habitualmente sediento de nuevas historias, se ha atrevido a crear una producción sobre la pandemia, ya que los daños de ella fueron tan grandes y tan recientes que aún están vivos y nadie quiere recordarlos, como sucediera con el 11/9, donde debió pasar al menos un lustro para acometer las primeras realizaciones.

El segundo detalle obviado, claro está, fue que el responsable real de esa gestión, el que marcaba más de un 50 % de apoyo en las encuestas, no competía en las urnas, por más que se usara su imagen en las hojas de votación.

Desidia y poco Apego

Ceder el centro del ring o buscar “trascender” la campaña sucia, aduciendo no querer bajar al fango puede ser un concepto muy aplaudido en las verdes campiñas de Warwickshire, mas no en la penillanura suavemente ondulada.

Sobre todo, cuando hubo señales muy claras en cuanto a lo erróneo de tal estrategia. La primera en torno al Referendum de la LUC, cuya instancia de recolección de firmas fue ignorada, con la certeza de que no llegarían a buen fin con eso.

Logradas las firmas y habilitada la vía electoral, nuevamente se subestimó al adversario, y no se hizo una campaña coordinada de divulgación seria y firme, dejándose el resultado librado a lo que pudiera traccionar la imagen del Presidente. Idéntico accionar se mantuvo cuando la reforma de la Seguridad Social.

Es entendible, en parte.

El gobierno contaba con la más espectacular tasa de aprobación de la gestión presidencial de la región, y es natural que con el “dos de la muestra” en la manga uno pueda relajarse. Sin embargo, es regla que “la primera es en casa” y eso jamás se cumplió y en cambio siempre se le dejó la iniciativa a la oposición, que un día y otro marcó la agenda, ante la indiferencia oficial, o lo que es peor la «desidia y poco Apego» a la función que demostraron los encargados de proteger al Gobierno.

Así, cada nueva situación problemática iba invariablemente a explotar en el rostro del Presidente, quien así debió hacerse cargo de hablar de Astesiano, Marset, Penadés, Caram, Iturralde y hasta de Romina Celeste, otro capítulo que desde su inicio parecía guionado por el enemigo y todo hacía prever que solo podía terminar de dos formas posibles, mal o peor. Todo ello, a pesar de en la opinión pública se hablaba de la «agencia de publicidad» y el «blindaje mediático».

La verdad, en cambio, fue que el presunto responsable de la imagen presidencial debió irse por la puerta del fondo tras el manejo infantil de una crisis, mientras que por cuatro años se pagó el sueldo a un Director de Comunicación y Vocero presidencial que comunicó poco y mal, y al que nadie le conoce la voz.

Las siete plagas

A fuer de sinceros, no todo fue responsabilidad del gobierno. Se han señalado cinco pruebas durísimas a las que debió hacer frente, la pandemia, la explosión inflacionaria mundial tras ésta, la guerra en Ucrania, la total debacle argentina, y la sequía.

Nos permitiremos agregar otras dos, que también hicieron mucho daño al gobierno, a saber la huida de Ernesto Talvi de la actividad política y el lamentable deceso de Jorge Larrañaga, que hicieron colapsar el balance de fuerzas interno de la Coalición, dejando con más libertad de acción al Partido Nacional y al Presidente, pero así también más solo a la hora de decidir.

Así, en esa soledad, era fácil caer en el «yomehagocarguismo» malentendido, y echarse sobre sus hombros toda la responsabilidad de la película, guion, producción, actuación, rodaje, dirección, musicalización, postproducción y venta, sin reparar que el nombre que cortaría entradas, al final de todo, no sería el propio.

Es entendible, como decíamos. Son errores propios de querer hacer, en la más total soledad, la de estar mal acompañado.

Llamando a un gato con silbidos

 

Estás llamando a un gato con silbidos
el futuro ya llegó!
Llegó como vos no lo esperabas
Todo un palo, ya lo ves…

Si. Como decían los Redonditos, «El futuro ya llegó», y llegó como vos no lo esperabas. No obstante, como tal debe enfrentarse, en aplicación de la frase que debería estar en nuestro escudo, «es lo que hay, valor!».

Frente a esa realidad inobjetable sigue sin advertirse un diseño propio por parte de la Coalición de Gobierno, Multicolor, Republicana. En tanto las principales figuras de gobierno hacen gala de sus más cortesanos modales en el inicio del período de transición, el panorama en las fuerzas políticas que acudieron a las urnas tras la figura de Delgado es caótico.

Comencemos con el propio candidato, cuya única señal de vida fue la visita que recibiera del sector Vamos Uruguay, donde se le notaba tan cómodo como en la sala de espera del dentista. Su compañera de fórmula también se ha llamado a silencio, en tanto comienzan a florecer los, al menos, 19 Partiditos Nacionalitos que desde sus respectivos feudos dan forma a esa federación política que alguna vez fuera el Partido de Oribe.

El Partido Colorado no escapa al tembladeral, puesto de manifiesto cuando en plena campaña del balotage se distrajeron esfuerzos y recursos en constituir de apuro como sector a lo que era solo un sublema, como forma de frenar el claro avance pedrista. A su vez, Vamos Uruguay mostró un ímpetu digno de mejor causa y en pocas horas visitó a ambos extremos electorales, en un claro esfuerzo por mostrar su presencia y disponibilidad.

Cabildo Abierto, por su parte, sumergido en enormes problemas internos hace lo que mejor sabe hacer, poner el señalero a la derecha y doblar a la izquierda, en tanto el Partido Independiente probablemente deberá interpretar profundamente las señales que le diera el electorado, desde que su único legislador electo no formaba parte de la plancha oficial  surgida de la estructura del Partido.

Así las cosas, nada parece marcar un nuevo y esperanzador rumbo para las fuerzas coaligadas bajo la nominación Coalición Republicana, tanto de cara a las Elecciones Departamentales y Municipales de mayo próximo como para encarar la campaña hacia las nuevas Elecciones Nacionales 2029, campaña que obviamente dio comienzo ya en la noche del 24 de noviembre pasado.

En efecto, allí ha estado uno de los secretos más relevantes en el éxito de una alternativa y el fracaso de otra. Entender que la campaña electoral no se detiene nunca, que requiere de apoyo y fogoneros constantes, dedicados a ella 24/7, y sobre todo entender claramente las reglas del juego, para no llamar a un gato con silbidos.

No hay posibilidad de ganar, por mejor equipo que se tenga, cuando se juega como pasatiempo y se aplican las atildadas y caballerescas reglas del rugby, mientras el otro cuadro disputa los Juegos del Hambre.