Por Pablo Vierci
I
Recuerde el Frente dormido,
despierten los militantes,
“obreros y estudiantes”,
contemplando.
Cómo se pasa el Gobierno,
cómo se nos viene la hora,
tan callando.
II
Cuán presto se fue el Poder,
cómo, después de acordado,
da dolor.
Cómo a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
progresista y desaforado
fue mejor.
III
Sueños y desvaríos
ilusiones de grandes líos
Tupamaros.
Bataholas y paros,
como otrora disparos
de nosotros los preclaros.
Pero después de remar y revolver,
juntar firmas y joder,
terminó en cuentas sin pagar,
y enigmas por resolver.
IV
Le ponen agua a la leche
a los jubilados.
Salitre a las canillas
cual condenados.
Y la gente no chilla
nada que se aproveche
de estos bandidos
para darnos el gusto, merecido
de un estallido.
V
Propusimos confinamientos,
aglomeraciones.
Siempre en la otra vereda
poniendo el palo en la rueda.
Asustamos con el gatillo fácil
y lanzamientos.
La liquidación de la telefonía
para hacerlo más versátil
y terminar con el aburrimiento.
Pero mejoró su hegemonía
como la oligarquía decía.
VI
¡Qué fue de nuestro Perón!
¡y sus infantes del Canelón!
¿qué se hicieron?
¡Que fue del Rey León!
¡qué fue de tanta invención!
¡cómo mintieron!
Las justas y los torneos
paramentos, bordaduras
y quimeras,
¿fueron solo devaneos?
¿qué fueron sino diabluras, cacareos?
VII
Saliendo de la peste
el Turco llamó a sus huestes
para que tomaran el IAVA
como si fuera Granada.
Pero se clavó una damajuana
y nos quedamos sin nada.
VIII
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir.
Ahí van las fantasías
y las mayores fechorías.
Allí nuestras grandes maldades
las otras medianas
y las menores.
Y llegadas, son todas iguales,
los que están hasta las manos
y sus mentores.
Ilustración: retrato del poeta Jorge Manrique, autor de la célebre obra Coplas por la muerte de mi padre, pintado por Juan de Borgoña.