
Humor
Por Pablo Vierci
Compañeras y compañeros del Progre Populismo Peroncho:
La fuerzas aquí presentes, los sectores más esclarecidos del Frente Amplio (MPP y PCU) y de la central obrera PIT-CNT, en este momento tan difícil para las fuerzas anti-imperialistas argentas, nucleadas en torno al Peronchismo, deseamos colaborar para evitar lo que parece una marea de gorilas de la derecha que pretenden conculcar los derechos de las masas oprimidas en favor de los empresarios y las multinacionales apátridas y chupasangre.
Los Peronchos de este lado del Río de la Plata, si bien buscamos, al final del camino, lo mismo que los Peronchos argentos, utilizamos tácticas y estrategias diferentes, que, creemos, es momento de comenzar a complementar.
Lo primero es aclarar las diferencias. Los Peronchos argentos son Faranduleros, extrovertidos, desmesurados, la sacan del estadio todos los días. Los nuestros son más discretos, vergonzantes, inhibidos, la hacemos “de Cayetano”, por la espalda y a escondidas, a traición. A ustedes les gusta la Pasarela, el cabaret, vestirse con plumas y lentejuelas y, en el caso de las compañeras, mostrar las lolas y el trasero.
Para decirlo en términos populares, ustedes son más de la Porno Política y nosotros más del Onanismo Popular. Si nuestros líderes fueran argentos, Marcelo “Turco” Abdala ya estaría hace tiempo en “Bailando por un Sueño” de Tinelli, y los programas de chimentos y las revistas del corazón andarían con dimes y diretes sobre un posible encuentro furtivo en algún boliche de onda entre el Pacha Sánchez y la diva Mora Casán. Acá eso no corre, compañeros y compañeras. Acá es el termo y el mate y el chamuyo al pie del oído, buscando hacerle la cabeza a la viejita distraída para que firme para habilitar un Plebiscito que supere a la bomba de Oppenheimer (por si no entendió la película). Diferentes caminos para llegar a un destino común.
Ustedes se quitan la ropa y quedan en cueros en horario central de los informativos, mientras que nosotros preferimos el voyeurismo, miramos por la cerradura, pero a la hora de la verdad, muchas veces nuestra estrategia resulta más eficiente que la de ustedes. Lo argentino es exuberante, lleno de plumas y lentejuelas, como en un cabaret. Lo nuestro es más sórdido, si se quiere. En un sótano húmedo, a media luz. Sin pechos inflados a medio escapar de la jaula. Nuestras palomas esperan recatadas el momento de la liberación definitiva.
Acá no sería tan bien visto que una de nuestras senadoras Progre Populistas, o una de nuestras diputadas, tenga una colección de Rolex, cientos de propiedades, cuentas off shore en todos los paraísos fiscales, cofre forts a nombre de los hijos repletos de dólares, estancias con testaferros, hoteles en Calafate y una decena de procesos y otras de condenas por la justicia. De ese lado del charco, en el Peronchismo Farandulero, eso queda bien, es sinónimo de éxito, de haber llegado, de haberse “realizado”. Acá, si bien puede ser el deseo escondido de muchos, todavía hay una presión social más cautelosa, más timorata. Tal vez algún día nos liberemos de las culpas que nos introyectaron los partidos tradicionales durante 180 años y deseemos mostrarnos como esa fantástica monarquía sin trono de los hermanos Castro en Cuba, con sus playas paradisíacas e infinitos miserables para servirnos el ron, limpiarnos los baños y liquidar a nuestros desafectos. Pero todavía no llegamos a tanto.
Acá no está bien visto insultar, un día sí y otro también, al Poder Judicial. Pero lo tenemos más que claro que tarde o temprano a los togados les llegará su hora y habrá que ajustar cuentas. Pero paso a paso. Ustedes son “cancheros” apresurados, acá somos “buenistas” más “lentejas”, pero escondemos la leche mejor que ninguno. Vamos despacito, firma a firma, plebiscito a plebiscito, con cara de boludos.
Si ganamos, así, en silencio, una firmita acá y otra allá, la Patria Oriental será tierra arrasada en muy poco tiempo, para poder construir sobre este suelo yermo, la Patria Justiciera. Y dejaremos que ustedes nos adopten como provincia, claro que sí, como decía la compañera, si en ambos lados gobierna el Peronchismo.
Lo que ha sucedido tras las PASO del domingo en Argentina nos obliga a la complementación: ni la Estrategia Canchera ni la Estrategia Vergonzante, por sí sola, nos llevará a la victoria definitiva.
El trato que proponemos es juntarnos. Ustedes son más de la pasarela y nosotros nos manejamos mejor en los vestuarios. Ustedes ponen la “trucha” y nosotros les ponemos los patitos en fila, cuando estos se les desalinean, o les ponemos todos los caramelos en el frasco, cuando alguno les falta. Juntos, seremos dinamita.
Creemos, a su vez, que tenemos mucho para aportar. Mientras el Partido Comunista Argentino y Brasileño son prácticamente inexistentes, acá en Uruguay el Partido Comunista ya cumplió 100 años, con un homenaje en el Parlamento en el que participaron todos los partidos políticos, con la notable paradoja de que es ese mismo Parlamento el que justamente pretendemos eliminar. Y lo logramos porque no lo buchoneamos: si fuera en Argentina, estarían afuera del Palacio de las Leyes a las pedradas los sectores comunistas enfrentados, los “pro homenaje” y los “contra homenaje”, en vivo y en directo en todos los canales de televisión, con el Dr. Nelson Castro haciendo el editorial. Acá lo hicimos con perfil bajo. Pero lo logramos. Eso es el “uruguayismo”, compañeros y compañeras.
Además, ese mismo Partido Comunista del Uruguay controla la Central Obrera, nuestra CGT y, por usar una metáfora que utilizó uno de los presidentes de la central, “podemos cortar la luz del país” cuando se nos cante. O sea, tenemos la sartén por el mango. Y no hemos dado el paso definitivo, porque la acumulación de fuerzas todavía no es la adecuada. Creemos que eso se ha logrado gracias a la discreción, a la prudencia, escondiendo la leche, alejándonos de las pasarelas, sin fotos ni reportajes en los programas de chimentos.
El movimiento guerrillero MLN-Tupamaros cumplió en estos días 60 años de vida y ahí lo tenemos, vivito y coleando, con local propio y vidriera en la calle Tristán Narvaja, con un solo rostro visible, Pacha Sánchez, y nadie dice nada. Cada año se festeja uno de los hechos más sangrientos, con víctimas inocentes, en plena democracia, y lo normalizamos tanto que lo transmite en vivo y en directo la mayoría de los informativos de la televisión, como si fuera el Día de las Infancias.
¿Ustedes conocen las Tupabandas? Mientras acá nadie sabe bien lo que son, ustedes tienen a un José López arrojando bolsos con 9 millones de dólares a un convento, en el horario central de los informativos, con una ametralladora como si fuera la frutilla de una torta.
La exuberancia argenta se puede complementar con la discreción charrúa, compañeros y compañeras. Nuestros guerrilleros de los 60 y los 70 siguen siendo tan guerrilleros, aunque están “en sueño”, embozados, expectantes, sin hacer ruido. ¿Cuál ha sido mejor estrategia? ¿Hacerse el “dormido” o hacer alharaca, como el “Gordo Mortero” argento, convertido prácticamente que en estrella del show business?
Son dos tácticas, dos estrategias. Con la crisis del agua en Uruguay, nuestro amigo y compañero el “Clase A” Alberto quiso colaborar con la causa Peroncha Oriental, para desfondar el buque de los gorilas de la derecha, y dijo bien alto y para todo el mundo que “en Montevideo abren las canillas y no sale agua”, lo que podía desmentirlo cualquier turista o cualquier oriental con un celular. Fue un típico error farandulero, se dejó llevar por las luminarias del espectáculo. Nosotros, en cambio, movimos nuestras fichas en la prensa global, donde tenemos una red tan gigantesca como inexpugnable, y pusimos la crisis hídrica del país en la primera plana del mundo, arrancando por el New York Times, para que Uruguay deje de estar de moda y se convierta en un país-mendigo, nuestro desiderátum. Dos estrategias con un mismo fin: destruir la democracia representativa burguesa para acceder a la Revolución Peroncha. ¿Pero quién fue más efectivo?
El candidato Sergio Massa quiso darnos una mano a los Peronchos Orientales y dijo, junto al canciller brasileño, para humillar a nuestro gobierno, que Uruguay “es el hermano menor al que hay que ayudar”. Pura farándula, estaba hablando para Marcelo Polino y Jorge Rial. Acá los gorilas pusieron el grito en el cielo y nosotros no pudimos apoyarlo a Massa para no quedar pegados como antipatriotas.
No les pedimos que cambien de estrategia, porque ustedes son así, tienen el ADN “agrandado”. Pero complementemos ese ADN con nuestro “achique” genético, por la causa común del bienestar de los pueblos.
Lo mismo con las movilizaciones obreras. Nosotros, si llueve, o hay humedad, o dan algo bueno en la tele, no paramos, ni nos movilizamos, porque preferimos el bajo perfil. Esperar a que aclare y haya buen clima, o algún feriado cercano, mientras que ustedes cuando se moviliza el enemigo ponen toda la carne en el asador y hasta sacan a Dady Brieva para decir que “tengo unas ganas de agarrar un camión y jugar al bowling en la 9 de Julio”, aplastando a los manifestantes. Allá eso pega, pero acá no cae tan bien. Suena un poco truculento, se van de mambo.
Dos estrategias, con un mismo objetivo. ¿No es hora de complementarlas? ¿Nosotros les prestamos a Fernando Pereira y ustedes nos prestan a Máximo Kirchner? ¿O no podemos formar duplas de trabajo, como Kicillof-Olesker, Abdala-Moyano?
Debemos juntarnos para construir la revolución Peroncha de los Planeros, a sabiendas que con el Combo Evita, que se crea con educación deficiente, déficit fiscal infinito, inflación de varios dígitos, anomia general, cepo cambiario, cuotas de importación, deuda pública fuera de control, corrupción generalizada a todos los niveles, condenando la meritocracia y con una suelta masiva de delincuentes, no hay democracia representativa burguesa que aguante.
Qué es más efectivo, ¿invadir las Malvinas gritándole al imperio a voz en cuello, con la botella de whisky escondida tras el balcón, que “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, para enardecer a las huestes en la Plaza de Mayo, o demoler la casa matriz implosionándola desde adentro, tornándola inviable, permitiendo que cada uno sueñe que será millonario firmando una boleta para un plebiscito milagroso?
Nosotros nos introducimos como un virus en el organismo social a efectos de contaminarlo, enfermarlo y, en lo posible, en la utopía revolucionaria, eliminarlo. Es una tarea delicada, que requiere menos prensa y más sutileza, a la uruguaya, con el termo abajo del brazo y la chismosa en la otra mano como quien va a la feria a compra zapallo.
¡Peronchos rioplatenses, uníos, no tenéis nada que perder excepto vuestras cadenas!