
Humor
De remate
Por Pablo Vierci
-Muy buenas tardes, señoras y señores, soy el martillero Antonio “Pocho” Encofrado y por orden del Directorio de Ancap, con el alguacil y la escribana aquí presentes, tengo orden de concretar el remate del siglo con tres posibilidades: una venta integral, con todas las plantas de Ancap de pórtland; uno parcial, con la planta de cemento de Paysandú, y uno parcial, con la planta de cemento de Minas y el centro de expedición de Manga. O sea, como se decía en mi barrio, “de todo como en botica”. Empezamos con las ofertas, amigos y amigas. No sean tímidos, sí, allá al fondo el joven de chaleco levanta la mano para hacer una primera oferta e ingresar en la industria cementera…
-No señor, me estaba rascando, nomás.
-Seguimos entonces con esta oportunidad única en la historia nacional y me atrevo a decir que internacional, un lote hermoso, completito, bien repartido en el territorio nacional que le asegura al comprador abultadas ganancias. Sí señor, está levantando la mano, haga el favor de hacer la primera oferta de esta tarde.
-Antes quiero saber si el personal que en este momento está ocupando las plantas también vienen incorporado con el lote.
-Sí señor, y ahí está una ventaja que usted no encontrará en casi ningún remate de plaza, porque el lote viene con personal calificadísimo, de la más alta capacitación y experiencia, con espíritu innovador, para hacer de esta asociación pública-privada un bastión empresarial a escala mundial.
(En ese momento entra al salón del remate un piquete de Fancap, el gremio de Ancap, conducido por el presidente del PIT-CNT, Marcelo “Turco” Abdala).
-A ver, amigos, que el presidente Abdala quiere decir unas palabras tranquilizadoras.
-NO a la privatización, compañeros, eso es lo único que quiero decirles. Un NO bien grandote a esta entrega de nuestra soberanía, un NO bien grandote a todos los oligarcas que están acá para robar el sudor de nuestra frente. Y les decimos bien alto y bien claro, ¡NO PASARÁN! ¡NOSOTROS NO NOS RENDIMOS!
-Gracias, Presidente. Y con esta información complementaria, diría, seguimos con el remate, esperando la primera oferta, no sean retraídos amigos, esta es una oportunidad de oro de ingresar en la industria de la construcción por la vía húmeda, arena, pedregullo y cemento pórtland, para fabricar el tan codiciado hormigón. Sí, allá una señorita levanta la mano.
-Soy Natalia Belo, Presidenta de la Federación Ancap, y vengo a advertir a los capitalistas aquí presentes que no entregaremos el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad.
-Gracias, señora Natalia, es muy alentador escucharla y sin duda que sus palabras alentarán la participación de otros oferentes. Seguimos escuchando ofertas. No se cohíban por tan poco, señores y señoras. ¿Dónde está la resiliencia del empresariado nacional e internacional? ¿Dónde está el espíritu del entrepreneur, que como el Ave Félix renace de sus cenizas? Sí, la señora Natalia pide la palabra otra vez.
-El propio gobierno oligarca y multifruta calcula que la industria cementera ha perdido más de 760 millones de dólares desde el año 2000, sobre todo debido a que la capacidad de producción de Ancap es menor que la de sus competidores. No regalen plata en este barril sin fondo, compañeros capitalistas.
-Muchas gracias, Natalia. No se sientan desestimulados, amigos y amigas. Seguimos escuchando ofertas, tomen en cuenta que en sus manos, Ancap podrá aumentar su volumen de producción y con esto podrá acceder a mercados regionales, imagínense codeándose con los presidentes de la región, para venderles el noble fruto de nuestra tierra. Escuchamos sus ofertas, lo que puede ser histórico, porque serían las primeras ofertas de la industria cementera decana del país, Ancap. Un inmueble soñado, con plantas en todo el país, al mejor postor, porque acá tengo orden de rematar, sí o sí, una preciosa oportunidad para invertir o para residencia, ya que cuenta con inmensos galpones… sí, lo escucho amigo…
-¿Me puedo llevar el lote sin el capital humano, señor rematador? Quiero decir, ¿se lo puedo dejar a usted?
-Lamentablemente no, porque viene “llave en mano”, para que usted lo compre hoy y empiece a facturar mañana, con la colaboración y cooperación de este precioso capital humano, deseoso de comenzar una nueva etapa con el comprador. Sigo escuchando ofertas… sí, allá al fondo el señor de marrón…
-¡10 pesos!
-Ahí tenemos una primera oferta, muchas gracias caballero, 10 pesos, no está pagando ni un café con eso, pero es una primera oferta… simbólica, 10 pesos por acá, 10 pesos por acá, ¿quién da más, amigos? Tenemos una primera oferta de 10 pesos, al contado, moneda nuestra, pesos uruguayos, ¿no sé si lo tiene pensado pagar al contado o financiado?
-Puede ser al contado, pero yo quiero solo una bolsa de pórtland porque estoy arreglando el parrillero y el resto lo devuelvo.
-Negativo central, señor, me informa aquí la señora escribana, que eso no se puede, si usted oferta 10 pesos, se lleva el lote entero, con su bolsa de pórtland y las tres plantas, con el bonus de llevarse a los empleados y a los dirigentes de Fancap, a quienes ya puede conocer en el piquete afuera del salón de remates para planificar juntos los suculentos negocios que se avecinan.
-Ah no, entonces no quiero, retiro la oferta. Compro un tacho de pórtland en la ferretería de la esquina.
-Entonces seguimos sin ofertas, estimados amigas y amigos, a ver quién se anima, una oportunidad que no se da en toda la vida, varias plantas de cemento pórtland, imagínense una noche con los amigos, o el partido del domingo en el papi fútbol intercambiando pareceres de negocios con Diego Lugano y Diego Godín, los colegas propietarios de la cementera Cimsa… si allá usted levantó la mano, muchas gracias por la oferta.
-¿Puede ser al revés?
-¿Perdón?
-¿Cuánto me pagan si me la quedo?
-Eso no está previsto, estimado señor… a ver, déjeme consultarlo con la escribana… sí, positivo, podría haber un arreglo… pero se lleva todo el lote, con empleados, sindicato, todo el paquete completo, ¿correcto?
-Depende de cuánto me pagan.
-¿De qué número estaríamos hablando, señor?
-100 millones de dólares.
-¡Papito los cabezudos! ¿O sea usted está diciendo que para quedarse con todo el lote, Ancap le debería pagar a usted 100 millones de dólares?
-Exacto.
-Bueno, estimado, déjeme conversarlo con la escribana aquí presente… un momentito, no se vaya, por favor, ¿mientras tanto hay alguna otra oferta? Algo único, una fábrica del mejor pórtland del mundo, un chiche por donde se le mire, un sueño hecho realidad… Señor, ¿me preguntan acá si ese monto deberíamos pagárselo en este acto o se le podría parcelar el pago?
-Al contado o nada.
-Lo que pasa señor, es que el negocio que usted plantea es riesgoso, porque usted se puede agarrar los cien millones ahora, en este acto, y tomarse un avión y nos quedamos “peinados y sin visita”.
-Cien millones ahora o nada.
-Me consulta la escribana si los cien millones pueden ser en pesos o tienen necesariamente que ser en dólares.
-En dólares y de baja denominación.
-Mientras seguimos con las consultas, continuamos escuchando ofertas de este bien público de inestimable valor. ¿Cuántos edificios, puentes, represas se pueden construir con este bien tangible que estamos ofertando? Un bien fungible, si se me permite la licencia.
-¿Dijo “fundible”?
-Fungible, caballero.
-Ah, perdón.
-No sean temerosos señores, a ver, para los extranjeros que han llegado en masa, me expreso en inglés, si prefieren, we are remating a piece of gold, with the best workers in the world included. Five dollars? Four? Three? Two? One? ¿None? OK, OK, no problem we have much interés in local investors. ¡Sí, señor allá atrás!
-¿Aceptan canje?
-¿Canje? A ver si lo hablamos con la escribana aquí presente… sí, se aceptaría canje, escuchamos su oferta, señor.
-Una moto Zanella 73, una bolsa de papas y un triciclo para niños al que le falta una ruedita trasera…
-¿Se puede hacer un estimado, en dólares, de los bienes que intenta canjear?
-100 dólares.
-Déjeme consultar… no, me acaba de confirmar la escribana que no podemos aceptar canje, porque el Estado no puede aceptar una motocicleta, un triciclo roto y menos bienes perecibles como una bolsa de papas. Usted sabe bien cómo es la burocracia en los engranajes del Estado. Seguimos adelante, señores, esperando una oferta, ¿quién no quiso alguna vez en su vida tener una planta de pórtland? ¿Quién no quiso jugar un picado con los colegas competidores, Godín y Lugano? Señores, esto es un sueño hecho realidad.
(En ese momento ingresan al recinto los delegados del piquete de Fancap, que cortaron la calle).
-Adelante amigo.
-Soy dirigente de Fancap y vengo a decirle al que compre la planta que le haremo la vida imposible le haremo, no queremos el capital foráneo en nuestra tierra y nuestro minerale, no queremo… así que si alguien mete un peso en nuestra casa, lo sacaremo cortito con una patada en el medio del oje…
-Muchas gracias compañero. Sí, allá señor, está haciendo señas, ¿cuál es su oferta?
-¿Qué están rematando?, ¿hay calefones que funcionen bien?
-No señor, el remate de los calefones es mañana, ahora estamos rematando las plantas de Ancap, de pronto le interesa, puede leer el brochure ahí a la entrada. Sí, allá levanta la mano el señor de sombrero.
-¡1 dólar!
-Muchas gracias por la oferta. Acá tenemos una oferta contante y sonante, 1 dólar, gracias caballero, ¿quién da más?, pero acá tenemos la primera oferta de verdad… 1 dólar, pertenece al señor del sombrero, 1 dólar por acá, 1 dólar y si no superamos esta oferta lo vendemos… ¿me autoriza la escribana a dar las tres últimas?… autorizado por la señorita escribana voy a proceder a dar las tres últimas al señor del sombrero… ¡1 dólar a la una!, ¡1 dólar a las dos!… ¡vendido, allá, al caballero de la derecha!… ¿Se fue?… ¿Cómo que se fue?