Las urnas se pronunciaron en fallo inapelable y llega el momento de un necesario primer resumen, a la espera de los Escrutinios Departamentales que darán mayor exactitud a las consideraciones sobre el comportamiento electoral, de carácter regional, social y etario. No obstante, ya se impone desechar un mito. No hubo especial incidencia de los votos en blanco, o anulados en esta instancia.
En efecto, contrariamente a lo que muchos anunciaban, la cantidad de votos anulados y en blanco no presenta saltos significativos entre la instancia de octubre y la de noviembre, manteniéndose en la media de los guarismos habituales para los diferentes tipos de convocatoria electoral. Los votos anulados, por ejemplo, significaron un total de 53847 en octubre, equivalentes al 2.20 por ciento del total de votantes, en tanto en noviembre se registraron 64500, un 2.64 por ciento, cifra que se sitúa en las tendencias históricas de los balotages.
Esto toma suma relevancia cuando observamos que hubo cinco Partidos que, quedando al margen del balotage, impulsaron al voto anulado a sus casi 90.000 votantes, en un acto que claramente no fue acatado.
En Blanco «Parcial»
No obstante, es posible advertir una conducta interesante en los votantes en blanco parcial de octubre, es decir aquellos que no escogieron una opción partidaria y se limitaron a sufragar con una hoja de ratificación plebiscitaria.
Esa categoría significó 33718 votantes en el escrutinio primario de octubre, que desde el punto de vista de la abstención partidaria pueden sumarse a los votos en blanco totales, por entonces en 31160.
Ahora bien, al observar que la única categoría posible de voto en blanco en el balotage, es decir los totales, se mantiene en el entorno anterior con 38478 sufragios, podemos colegir que de los 64878 que no encontraron una fórmula partidaria que los satisficiere en octubre hubo al menos 26400 que si la hallaron en noviembre.
No cuesta entonces demasiado imaginar cual fue la fórmula que eligieron esos 26400 solitarios votantes del SI en octubre, así como tampoco colegir cual sería la opción que tomó la mayoría de los casi 90000 votantes de los partidos anti sistémicos, casualmente los únicos que apoyaban sin cortapisas a la reforma de Seguridad Social, y que ignoraron la convocatoria a anular de parte de sus Partidos originales.
Tenemos así un universo de casi 120000 votantes que no apoyaron en octubre a ninguna de las fórmulas en disputa en el balotage, pero que hicieron caudal de una posición política que solamente una de esas opciones combatió denodadamente. Una fórmula a la que, además, identifican con el sistema, las vacunas, el globalismo y demás…
Primeras Conclusiones: Nada es gratis
Llegados a esta etapa se nos hace imposible apartar de la mente el recuerdo de la prédica de nuestro Compañero Dardo Gasparré, cuando advertía en marzo del 2023 sobre “el error fatal de la reforma jubilatoria”, anunciando que “Y el arma del plebiscito, que se regala en bandeja, es un arma mortal contra el gobierno, contra la sociedad y contra el bienestar.”
O , hace un año atrás, escribía sobre el Tsunami que Uruguay no ve venir, en referencia a la reforma de la seguridad social, que “no sólo no se trataba de una política de estado, por la descontada oposición de una fuerza política que representaba la mitad del país, sino porque tan pronto se sancionase una reforma el comunismo dentro del Frente Amplio, finalmente un dependiente de ese partido, convocaría a un plebiscito de reforma constitucional, lo que no sólo tornaría inútil una ley y una supuesta política de estado previstas para aplicarse dentro de dos décadas, sino que terminaría adelantando la campaña electoral de 2024 y quién sabe si no convirtiéndose en carta de triunfo electoral del Frente neomarxista.”
Queda claro que quienes hicieron del plebiscito de la Seguridad Social su principal bandera en octubre optaron por incidir en el balotage de Noviembre y no resulta descabellado suponer que no lo habrían hecho en favor de los autores de la, en su opinión, nefasta reforma jubilatoria.
Naturalmente, no fue esa la causa única o principal de la derrota de la CR, que radica en múltiples factores, de diversa índole. No obstante, es importante en esa búsqueda de respuestas desechar fantasmas y asumir realidades. No hubo migraciones masivas al Voto en Blanco o Anulado, y reformar la Seguridad Social pasó factura, finalmente, en lo electoral.
Solo resta esperar que esa Reforma, justa y necesaria, se mantenga o todo habrá sido en vano.