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Adiós Adrián

5 abril, 2024

Por Graziano Pascale 

Las muestras de dolor expresadas en las redes ante su repentina y trágica muerte, reflejan el cariño que que Adrián Peña, muerto anoche en un accidente carretero a la edad de 48 años, se había ganado entre quienes lo conocieron, y también entre quienes habían acompañado desde los medios de comunicación su carrera política en la última década.

Nacido en el seno de una familia humilde de Canelones, había sentido muy joven el llamado de la política, a la que sirvió con pasión desde las tareas más humildes hasta abrir su propio camino en base al apoyo popular que fue conquistando dentro del Partido Colorado.

Tuve la fortuna de conocerlo en el año 2015 en las tertulias de El Espectador, en las que solíamos coincidir una vez por semana. La agudeza de su análisis, la lucidez de sus enfoques y la natural simpatía que lo caracterizaban abrieron las puertas a una relación que se mantuvo vigente hasta el último día.

Articulador inteligente y amable, Adrián Peña estuvo en el centro del proceso de renovación que vivió el Partido Colorado tras el ocaso de sus líderes históricos del último medio siglo. Estaba llamado a ocupar, por esas condiciones que partidarios y adversarios le reconocían, lugares cada vez más importantes en la democracia uruguaya.

Conoció, en ese camino siempre ascendente, momentos de amargura, que supo sobrellevar con entereza y también con la conciencia tranquila que tiene el hombre honesto.

Adrián Peña, hijo de su propio esfuerzo, supo combinar el trabajo político con su actividad empresarial, y en los dos ámbitos avanzó gracias al sentido de la responsabilidad y el compromiso social que lo animaban en todo momento.

Al Partido Colorado le faltará ese dirigente que puso siempre el interés de su colectividad y de su sector por encima del propio, sabiendo que su propio tiempo iba a llegar.

Al Parlamento le faltará el tejedor de acuerdos, esos cimientos no siempre visibles, pero que aseguran la solidez de la democracia.

A sus amigos les faltará esa voz siempre dispuesta a escuchar, a orientar, a dar el consejo oportuno en el momento adecuado, y a compartir los sentimientos y vivencias que dan vida a la amistad.